Por Lic. Gustavo Damian Gonzalez[*]
Los berazateguenses celebramos este hermoso ritual llamado autonomía. Ese día fue la foto más hermosa de una película que se estaba gestando no menos de 20 años antes. Muchos fueron los vecinos que colaboraron desde el anonimato y, luego, una dirigencia política que acompañó la gesta.
El primer censo poblacional llevado a cabo por Domingo Faustino Sarmiento en 1869 decía que Berazategui tenía 6.809 habitantes; había 1.156 casas. Mostraba una ciudad cosmopolita: 4.297 argentinos, 1.086 italiannos, 627 españoles, 405 franceses, 90 ingleses, 25 paraguayos, 13 suizos, entre otros. Esto indica que ya para el siglo XXI teníamos una población y una zona geográfica acorde para ser ciudad autónoma. Para el censo de 1950, la población se había duplicado: 12.048 habitantes en Berazategui.
Con la primera Sociedad de Fomento de Berazategui fundada en 1930, comenzó a pensarse en la idea de comenzar un camino separado de Quilmes. Este momento podemos considerarlo como protoautonomista. Conformaban esa sociedad de fomento, entre otros, vecinos como:
- José Iglesias (presidente),
- Manuel Fernández (vice),
- Federico Frugone,
- Nicolás Lupica,
- Manuel Roca,
- Juan Dellagiovanna.
Las primeras ideas autonomistas nacen en 1948, con:
Alberto Bendayán, José Wainmayer, José Lihavini, Manuel Legaszpi, Pascasio Magadán, Jesús Roca, Dante Giamarini, Benito Martínez, Oscar Fuscaldo, Diego Deluchi, Juan Villuendas, Omar Bertoia y Amadeo Bertoia.
En 1957, esta proeza recobró nuevos aires. Para ese año, Berazategui ya contaba con 90 establecimientos industriales, 550 comercios, decenas de profesionales instituciones y un aporte al erario de 7 millones de pesos. Todos aportaron a la causa, los negocios, las instituciones, los vecinos, los clubes, los partidos políticos.
El logro de la autonomía es la combinación interesante de varios factores a tener en cuenta: Unión del pueblo, perseverancia, solidaridad, objetivos claros, tiempo, capacidad y acompañamiento. Creo que esos son los valores de antaño que nos deja de legado a las nuevas generaciones, sin estas combustiones, nos encuentra a un pueblo dividido, débil, maltrecho.
En 1960, la provincia era gobernada por Oscar Alende, de la Unión Cívica Radical Intransigente, quien apoyó la propuesta. Existieron dos paladines, muchas veces olvidado en nuestra historia local: Esteban Tomero, el senador quilmeño de la Unión Cívica Radical del Pueblo y el diputado Rodolfo Harsich, de la Unión Cívica Radical Intransigente, también de Quilmes.
El 4 de noviembre fue una bisagra, el fin de un proceso de una larga lucha de vecinos comprometidos, y el inicio de una vida autónoma. Ser autónomo, como en la vida cuando calzamos pantalones largos, nos obliga a hacernos cargo. A ser protagonistas de nuestra propia historia. Lo que hacemos hoy, será el legado del mañana. Sin dudas, Berazategui creció, se transformó, no obstante, en este siglo XXI, la mitad de nuestros vecinos no tienen cloacas, muchos no tienen agua, o no lo tienen de calidad, la mitad de nuestros jóvenes no terminan la secundaria y estamos desbastando a nuestros humedales.
Los dolores que nos quedan, son las libertades que nos faltan. Los autonomistas… hicieron lo suyo; ahora, nos queda a nosotros recoger el testimonio y seguir caminando sobre terreno firme.
Berazategui no es de nadie más que de sus vecinos.
[*] Lic. En Ciencia Política. Docente e investigador de la UBA/USAL/UAI. Autor de varios libros, entre ellos “Berazategui, 500 años de Historia”