OPERACION PATERNO

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En las últimas horas, en sendos medios digitales, se publicaron notas con la denuncia de una mujer que dice haber sido empleada de la concejal Diana Paterno y que acaban de dejarla sin empleo luego de la campaña electoral.

Los chats alegados fueron publicados en Verdad e Investigación y Las 2 Campanas.

Después de muchos meses sin contacto con este medio, Paterno fue consultada respecto a la situación, que no es nueva. Ella admite algunas cosas y da precisiones de otras.

La historia

Antes de ingresar a la política, Paterno había sido encargada de local de su ex pareja en un Paseo de Compras en Adrogué donde vendían carteras de cuero, hasta la pandemia, en que el negocio dejó de ser rentable y quiso mudarlo a Varela o Solano, más cerca de su barrio Marítimo. “Allá, el alquiler salía como 250 mil pesos. Las mismas chicas que trabajan ahí me decían que cerrara, que no tenía sentido seguir si no entraba nadie. Sólo querían cobrar e irse. Así fue”.

Algo de esa mala experiencia de disputa laboral se coló en la campaña de 2021 cuando Paterno apareció en la escena local y desplazó a otras mujeres de la lista de Héctor Ravelo, quien habría de quedar segundo en su lista, detrás de ella, debido a directivas de referentes provinciales. Por fin fueron a comicios el 12 de septiembre. Su sector quedó segundo entre tres listas; sin embargo, le alcanzó para entrar al Deliberante. Aquella interna prolongó sus resabios, aunque con modificaciones, hasta este año.

En su relato, en efecto, la denunciante cumplió labores junto a ella en la campaña electoral y en el Concejo, aunque “no sabía redactar ni tomar buenas fotos con celular ni ayudar con la difusión en redes, por lo que le conseguí un curso de community manager en CABA. Le facilité herramientas como cursos para aprender a sacar fotos; de redacción, de proyectos de ordenanzas y de planificación territorial”.

La concejal necesita gente que sepa tomar notas para redactar los proyectos, u organizar reuniones vecinales para acercarse a los problemas de la gente. No es fácil conseguir quien sepa hacerlo, ni tareas similares que requieren alguna independencia de criterio por parte de quienes aspiran a un sueldo.

Marina Ayelén

Eso devino en que buscara a otras personas para las tareas políticas. Marina Ayelén pasó a trabajar en el almacén de Paterno en Av. 21 a metros de la 137. “Ella dice que trabajaba doce horas, pero ¡si nosotros cerramos de 13 a 17!”, explicó Paterno para explicar que le pagara sólo las ocho horas.

Al respecto, hay una contradicción entre quien dice que trabajaba en el almacén doce horas pero a la vez planteaba que trabajaba en la campaña “noche y día”.

El chat del «noche y día»

La concejal alega que no quiso dejarla sin la obra social que le posibilitaba su permanencia en el Concejo. Explica que quiso ser solidaria. Sin embargo, aunque había tenido un buen compromiso militante en la campaña, no servía para trabajar; por eso la derivó a un concejal con más experiencia. En su bloque le dio lugar a otro joven.

El intercambio donde hablan de la obra social

En el entorno de la concejala, se preguntan ¿por qué no denunció antes? Si hace dos años que viene cobrando el sueldo y nunca se quejó.

Todo esto se da en un contexto de debacle dentro de Juntos por el Cambio, después de perder las elecciones y de ver reducido su espacio local, con varias personas interesadas en lograr o retener los espacios que puedan. Eso acrecienta las suspicacias respecto en su entorno; sospechan que ahí nace el interés de algunas personas por poner en contacto a la demandante con determinados medios de prensa.

La edila compartió los estados en red de quienes se solidarizaron con ella y así se dirigen a la denunciante:


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