NUESTRO PERON HA MUERTO. ¿MALA PRAXIS?

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Tenía el mismo nombre que el ex Presidente. Se constituyó en un militante fundamental de los cuarenta años de democracia. Fue raleado por Mussi para que no le hiciera sombra. Se internó de urgencia en la UOM, con un infarto en progreso. Su sobrina médica detalla una mala praxis.

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Berazategui tenía un buen hombre que compartía el nombre y apellido del único argentino que presidió tres veces el país.

La familia Perón, en la Capital Federal que hace tres cuartos de siglo se llamaba sólo Ciudad de Buenos Aires, tenía también en la Madre a una gran militante. Para cuando nació el segundo varón, ya era presidente Juan Domingo Perón. Este bebé vino, justo un 17 de agosto, a exactos cien años de la partida de otro grande, el general José de San Martín.

Juan tendría una hermana, Lilia, además de un hermano mayor, Horacio, y otro menor, Guillermo (nacido en 1957, cuando el antiperonismo derogó la Constitución de 1949).

Pero cuando él nació, la Argentina del presidente Perón había designado «Año del Centenario» a 1950, lo que habría de coincidir y de competir con una pretensión distinta de la Iglesia Católica, aunque ésa es otra historia.

Juan Dominguito, el de acá, nunca tuvo problemas con la Iglesia. En los úlitmos años, según recuerda José Luis Garay, «ponía el evangelio de cada día. Ahora quién va a poner el evangelio, ¿no?».

Berazategui

Su acervo militante se dio en la posguerra sucia:

«Con la transición democrática en la zona de Villa España-Plátanos, estuvo entre los fundadores de la Unida Básica Evita, que funcionó durante un par de décadas en donde vivieron sus padres y hermanos, que siempre fue un bunquer del peronismo. Eso lo tuvo entre los creadores del M.U.P. Hasta le hicimos una interna a Mussi».

Angel Flores

A pedido de este CIB, Así como Flores, también Garay comparte esos recuerdos del Movimiento de Unidad Peronista (MUP):

«Formó parte y estuvo entre las primeras UB con JJ Mussi Con toda su Juventud, ayudó al ascenso. Pero una vez que Juan José llegó, lo difamaron respecto de robar plata, una mentira en un flaco que era más honesto… Se puso muy mal y se alejó del mussismo».

En la UTN, con el autor de esta nota, al fondo.

Avellaneda

Durante estos años estuvo militando en Avellaneda. Hacia 2019, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) participó de una charla con Horacio Verbitsky, donde interactuó con preguntas medulares.

«Estudiaba de la UTN en esta última etapa en que se interesó por la Licenciatura en Ciencias Ambientales«, dijeron sus allegados.

Con esos compañeros, su última participación pública fue el 24 de enero, en la marcha convocada por las centrales obreras sobre el Congreso para frenar la pretensión del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) de adoptar medidas contra la clase trabajadora.

La Lista Verde de la Universidad de Avellaneda (UNDAv) puso una bandera sobre su féretro, recordando «Tu representación en el Co-gobierno».

Para muchos, su partida fue una sorpresa.

«Anteayer, cuando le pedí que me pasara un estado y no me lo pasó, me extrañó. Nunca dejó de hacer nada para mí», recordó Garay.

En la UTN, oyendo a Verbitsky.

Familia

Con dos matrimonios, tuvo cinco hijos: Juan; Noelia; Romina; Carla y Paula; estas dos son abogadas. Con algunos parientes habló este medio. El testimonio más detallado e importante fue el de la hija de Lilia, su sobrina Natalia:

«Mala praxis»

Su sobrina, médica, habló con este CIB:

El sábado a las tres de la tarde, por un dolor en el pecho, ingresó al sanatorio de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Avellaneda. Chateamos por WhatsApp mientras yo trabajaba en el hospital en La Plata. Me envió la imagen, decía: electrocardiograma anormal/ anomalía del st inferior lateral/ isquemia/ lesión miocárdica. Con ese electro en mano esperó para que le hicieran el análisis de sangre (enzimas cardíacas, un análisis que no puede tardar tanto ante sospecha de un iam -infarto agudo de miocardio-). Tres horas después, a las 18:30, me escribió que todavía esperaba el resultado del análisis. Estuvo cinco horas en una silla común afuera del consultorio con su dolor en el pecho. Yo creía que ya estaba internado porque ésa es la conducta que se toma en un paciente con ese diagnóstico presuntivo.
Cursando un iam lo hacían caminar para orinar e ir al laboratorio para que le sacaran sangre, no le pusieron una vía periférica ni lo dejaron en reposo. En Demanda Espontánea, donde esperaba, pasaban otros profesionales y le preguntaban: «Juan Domingo, ¿qué hacés acá que todavía no estás internado?». Le habían hecho electro y enzimas cardíacas. Tenía signos compatibles con isquemia aguda, estaba cursando un infarto. Así y todo, en Demanda Espontánea, el médico que lo ¿»asistía»? le decía que debía esperar a que le hicieran otro electro y, dos horas después, otro análisis de sangre.

A las 20.30 debían sacarle sangre de nuevo, después de hacerle subir por segunda o tercera vez un piso de escaleras para llegar al Laboratorio. No le pusieron una vía como corresponde. Mientras estaba en extracción, según cuenta el hijo, empezó a babear, se orinó, se descompensó. Recién en ese momento en lugar del camillero, vino personal de Seguridad con una silla de ruedas. Lo llevaron a la Guardia cuando ya era tarde.

Anoté todo en el Libro de Quejas. En Admisión, no quisieron darme un resumen de historia clínica ni epicrisis, se negaron a darme cualquier tipo de información y me dijeron que no tenían los datos de los médico que trabajan allí. El médico de Guardia que lo recibió descompensado no quiso darme sus datos aunque le ofrecí los míos, sólo me dijo que es clínico, que sus datos y la epicrisis debía solicitarla en planta baja (era un morocho tatuado con acento centroamericano). Sólo conseguí los nombres de Marcelo Toro, quien firma los estudios según me contó su hijo, y Roberto Susaño, el médico con el que hablé, que no quiso darme su número de matrícula. Pregunté si tienen Unidad Coronaria; dijo que sí, pero no supo qué responder cuándo pregunté por qué no lo llevaron, en lugar de tenerlo cinco horas sentado y obligarlo a caminar al baño y subir escaleras. Sólo seguía diciendo que mi tío estaba en Demanda Espontánea, con un infarto, y que él lo recibió cuando ya se descompensó y falleció.

Natalia

Le quitaron de la mano los estudios a los hijos. En la familia están considerando que además de la negligencia hay un abandono de persona.

Juan, con su sobrina médica

Despedida

Juan Domingo Perón tenía 73 años. Fue velado este domingo en Cochería Cuellas, rodeado por su familia y compañeros de la militancia como Flores, Garay, Juan Obregón, Santiago Escobar y tantos otros que acercaron por este medio su cálida despedida a un hombre que, sin haber vivido de la política, puso su vida a disposición de ella y de su pueblo.


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