DE BERAZATEGUI A WOODSTOCK

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Un periodista de esta ciudad fue parte de la cobertura mundial en el festival de rock más importante de la historia. El por entonces secretario general del Círculo de la Prensa local fue enviado por la cadena TN del grupo Clarín junto a colegas del diario además de Página/12, la agencia Télam, Telefé y la radio Rock & Pop. Desde New York envió notas por fax que fueron publicadas por la revista Notas Con Clima (dirigida por el ya fallecido Héctor Vázquez y Alicia Pérez) que aquí se rescatan del archivo.

Desde que los periodistas argentinos llegamos al Aeropuerto Kennedy comenzaron a llegarnos comentarios del festival. Muchísima gente hablaba de ello y hasta había más de medio centenar de miles de personas acampando. Tantos, que Michael Lang y compañía agregaron una función más. Adelantaron al viernes el inicio del cronometrado festival para ir entreteniendo a tanta gente.

Pero a pesar de los 50 artistas que desfilaron por el escenario, la fiesta se vivió en el campo. Sin un solo altercado ni peleas, más de 350 mil personas vivieron como les gustaría; sin miedos ni presiones.

Qué se festejaba

Video resumen del primer festival.

Veinticinco años antes, se reunieron medio millón de personas; duró tres días y medio. Nadie esperaba tal fenómeno. Tocaron más de 25 artistas: Creedence, Janis Joplin, Joan Baez, Santana, Joe Cocker. Estos dos últimos recién empezaban y cobraron muy poco; un monto que apenas alcanzaba para el avión de ida y vuelta entre Argentina y EE.UU.

Hubo tres muertos y se inventó el mito de tres nacimientos. Allí se creó el famoso “cantito de la lluvia”. El ohh, ohohoh, oh, que después se usó en todas las canchas para alentar futbolistas o a músicos.

El logo original adaptado a la venta de los 4 casettes con un resumen musical.

Entre el 15 y el 18 de agosto del ‘69, la consigna era vivir con paz y amor. Fueron los estertores del hipismo, pero salió bien. La gente andaba chapoteando en el barro, luego de la lluvia y de inventar el cantito. Se fueron todos embarrados, cansados y felices. Varios, desnudos, y otros con fotos de niños jugando en el escenario, desnuditos y sin vigilancia. Sus padres jugaban en un tobogán de barro junto a un lago.

1994

La fiesta aquella merecía una segunda edición [aunque en el medio hubo otros pequeños encuentros conmemorativos]. Se hizo con el doble de artistas y dos tercios de público que la original, pero millones lo vieron por TV. Se orquesto una gran maquinaria publicitaria multinacional y ésa fue la diferencia entre los dos Woodstock.

Vendieron 170 mil de las 250 entradas para este festival a u$s 135 cada una. En el primer día los controles impedían el ingreso con armas, alcohol, drogas, niños, elementos punzantes, etc.

Pero ya el sábado, cuando el primer artista era el legendario Joe Cocker, llegó tanta gente que los controles fueron otra vez inútiles. Como en el ‘69, se quitaron las guardias y entró el doble de gente de los que habían pagado. La mayoría puso su carpa en cualquier lado y todo fue un campo multicolor.

El concierto

Cuando la cámara toma desde el fondo, Moya aparece recortado ante una carpa blanca. Usa sombrero negro y campera de cuero marrón con flecos, como en la foto de aquí abajo.

Había dos escenarios, el Norte y el Sur. En el segundo de ellos, el mexicano Santana hizo subir a la viuda de Jimi Hendrix. Ella invitó allí al homenaje que músicos del mundo le harían al mejor guitarrista de la historia, en 1995, a un cuarto de siglo de su muerte.

En el escenario Norte, hubo quien subió embarrado hasta la cabeza. Igual que en el público. Otro no quiso estar vestido mucho tiempo allí. Otros alegaron a favor de la marihuana libre, casi como el filósofo Fernando Savater, pero más cerca del lenguaje de los pibes.

Los veteranos Crosby, Still & Nash dedicaron una canción a Ruanda (epicentro de un genocidio tribal) El cierre del sábado, luego de Aerosmith, tuvo diez minutos de fuegos artificiales.

El domingo, Bob Dylan apareció cuando se iba el sol. El mítico cantor de protesta que le enseñó a escribir a John Lennon y a toda una generación, hizo llorar a más de uno. No había querido estar en 1969.

Luego de él pasaron los Ret Hot Chilli Pepers (Ají puta parió) y Peter Gabriel con el africano Youssou N’Dour.

El público

La transmisión del sábado por Telefé [que había comprado los derechos exclusivos] mostró algunas cosas típicas calcadas casi de la década del ‘60.

Al principio, las mujeres se quitaban sólo los corpiños. Luego, cuando los varones la subían sobre sus hombros, ellas se movían de lado a lado, sacudiendo sus atributos. Tras empezaron a caminar con el torso desnudo pero pintado con dibujos psicodélicos.

En menos de 24 horas, ya no había prenda que aguantase el contacto con la piel. Tanto hombres como mujeres se vestían solo con barro, y hasta las rodillas no más. Sin embargo, no hubo dentro del campo ningún incidente. El único detenido por intento de abuso sexual, James Power (46 años) fue en las inmediaciones del campo de Saugerties.

Dentro de los 15 km2 donde era la fiesta, no había lugar para policías ni mala onda. Parecía haber un acuerdo no escrito, por el cual cada espectador podía hacer lo que quisiera; el único requisito era ser feliz. El único límite, no ‘joder’ al otro. No debía haber violencia y debía mantenerse aquel espíritu de paz y amor. Y se logró.

Postales de la Nación Woodstock.
Postales enviadas por los amigos de la Nación Woodstock.

Lo que quedó

Tanta basura como en el ‘69. Un campo arrasado, botellas y latas de Pepsi con un logo especial de Woodstock, por lo que pusieron dos millones de dólares.

Muchos bolsillos vacíos (cada pizza costaba 11 dólares). Una chica y dos hombres muertos, pero también un nacimiento real, de lo que fue testigo la cordobesa María José Rafael que ganó un concurso para integrar el contingente Rock & Pop.

Testigo del parto, la cordobesa María José Rafael (de remera gris) integró el contingente Rock & Pop. A su lado, una italiana; atrás un norteamericano.

Los diarios neoyorquinos daban cuenta de la gente que aún se hallaba en el campo dos días después de terminado el festival. Títulos como “Un largo adiós” anticipaban el tenor de las notas. Woodstock era el segundo tema en importancia para los medios, y ya habían pasado dos días! El tema de tapa fue un accidente ferroviario.

Postales de la Nación Woodstock.
Postales enviadas por los amigos de la Nación Woodstock: Debi y Sam Missimer.

El resto

New York seguía sórdida como siempre, con sus edificios enormes y sus afrodescendientes pequeños. Aquellos, llenos de vidrios espejados. Estos, con su carga de noches en le espalda y sus vasitos blancos de plástico descartable, donde sacudían unas monedas para invitar a poner otras.

Toda la isla de Manhattan tiene un pulmón verde: El Central Park es como el Pereyra de aquí, pero no hay un solo cantero. Los subtes (metro) tienen calefacción, por lo que la marginalidad de la ciudad se refugia allí en las noches. Duermen calentitos. Es el único lugar no recomendable para visitar luego de las 20 hs.

Con el camarógrafo de Telefé, compañero de Dolores Cahen D’anvers.

El resto de la sociedad sigue tan indiferente como siempre. Y se nota. Tal vez por ello, Woodstock estaba lleno de jovencitos; gente que aunque con menos ideales, sienten. Necesitan un lugar donde vivir bien y donde el espíritu pueda respirar. Tal vez donde inventar una moral propia. Total, los que critican del otro lado de la TV no aportan nada para que ellos vivan más felices.

4 Respuestas a “DE BERAZATEGUI A WOODSTOCK”

  1. Gracias por recordarnos este hito de rebeldía y resistencia! Woodstock fue para cada uno el lugar desde donde ensayamos las libertades sexuales y nuevos modos de vincularnos en lo privado y en lo público!
    Una nota llena de potencia que tiene su propia poesía!

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