DIA MUNDIAL DE LA MADRE TIERRA

La naturaleza sufre. La Madre Tierra sufre. Los incendios en la Amazonia o Australia, los mayores registros de calor terrestre, el descongelamiento de los polos, la peor invasión de langostas en Kenia, o el COVID-19, son señales de una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.

Ecosistema que es agredido a gran escala o en decenas de lugares en forma simultánea. Nosotros tenemos un claro ejemplo con lo que sucede en la costa de Hudson, donde se destruye el ecosistema más importante de la región y quizás de la provincia.

El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación (con la agresión a sus primitivos habitantes), el cambio de uso del suelo, la producción agrícola, la utilización creciente de agrotóxicos, la ganadera intensiva, la minería a cielo abierto o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas).

“Este año, el Día de la Madre Tierra, coincidiendo con el Súper Año de la Biodiversidad, se centra en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud de la Tierra”, señala las Naciones Unidas.

Igual (agregan), “cada vez es más evidente su impacto en la salud humana. Los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan”.

Esta situación no es gratuita, el sufrimiento a la Madre Tierra se lo ocasiona el accionar cada vez más despiadado de los grandes capitales mundiales a los que solo les interesa acumular ganancia, aún a costa de la vida de millones de personas en el mundo.