“Cumplo en llevar a conocimiento del señor director, qué siendo las 15 30 horas del pre citado día, partió de la localidad de Berazategui, una caravana compuesta por unos 70 vehículos, entre camiones, autos, micros, etc; en dirección a la ciudad de la Plata, a fin de apoyar con su presencia, el proyecto a tratarse en la honorable cámara de diputados de esta provincia, sobre la elevación a la condición de partido, la antedicha zona de Berazategui. Me permito señalar, que a raíz del referido desplazamiento de personas, el comercio de la localidad cerró sus puertas en un noventa por ciento, no habiéndose registrado inconvenientes.
Central de inteligencia de Lanús, octubre 29 de 1959
El pueblo hace historia y democracia: la autonomía de Berazategui
Por Nicolás Avendaño
La autonomía de Berazategui no es un cuadro aislado de lo que sucedía en la sociedad argentina. Es la gesta popular construida por la acumulación de sus experiencias y de sus perspectivas plurales, en pugna tal vez, pero horizontales y democráticas.
Es la expresión de una época con su búsqueda de retomar la iniciativa de la participación que los había colocado como protagonistas de la historia, de una retórica que hablaba de autonomía, palabra tan cercana a la de liberación.
Pero también es el inicio de la vigilancia estatal sobre el vecino, es la llegada de la doctrina de seguridad nacional, del plan ConIntEs y del vecino como enemigo interno.
La Comisión Provincial por la Memoria contiene entre sus documentos recuperados un legajo en donde el Departamento de Investigaciones de la Policía de Buenos Aires (DIPBA) iniciaba una investigación que duraría años para perseguir y vigilar actividades de los vecinos autonomistas. El legajo número 14 “antecedentes comuna de Berazategui” contiene toda la información que usarían para identificar a sus víctimas.
Desde la información recolectada a través de policías infiltrados en la movilización popular o por la lectura de periódicos zonales o provinciales, iniciaban la tarea de investigación, ya sea para perseguir o censurar. Recortaban los artículos y los sumaban al legajo, resaltando nombres de vecinos, espacios públicos o políticos referentes que adherían a la causa de la autonomía.
Si bien la autonomía finaliza en 1960, los vecinos autonomistas serían controlados hasta 1965.
La autonomía local representó la participación comprometida de vecinos, ya señalados por la inteligencia como enemigos internos para la doctrina de (in)seguridad nacional. Tal vez el caso más representativo de esta gesta y del accionar genocida, sea el de Rodolfo Pereyra, de Villa España, autonomista y fomentista, militante del Peronismo de Base, asesinado en su casa por la dictadura militar. En él se sintetiza y se materializa esa vigilancia que nació al calor de la Autonomía y la lucha por la democracia participativa, asamblearia y plural.
La pata cultural de la historia del olvido construyó una mirada monocromática y romantizada de una gesta popular que hoy nos interpela como sujetos de derechos ante una realidad que necesita más participación, pluralidad y ejercicio democrático.