Joaquín Malbrán es un médico que trabaja en el sector de ecocardiografía en el Hospital El Cruce.
Hace diez años, se inscribió en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) para ser donante de médula ósea.
Hace dos meses, recibió una llamada del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI) para avisarle que su médula osea era compatible con una persona que la necesitaba.
Una vez avisado, controlaron el estado de salud de Joaquín y, durante cinco días le estimularon la médula con una medicación. El día de la donación, el joven fue al Centro Asistencial de la Ciudad de Buenos Aires, donde el procedimiento se extendió por dos horas y media.
Cada año, cientos de personas necesitan de un trasplante de médula ósea y, al no tener un donante compatible en su familia, se torna crucial la presencia de donantes no emparentados. Para saber más de cómo donar, hacer clic aquí.