“ESTA CONSCIENTE, DEJALO, ES LA HORA DE COMER”

Luego de un accidente el martes 13, una varelense envió esta carta al diario Varela Al Día para denunciar que en el hospital Evita Pueblo lo tuvieron en una camilla de madera, le faltó el celular de la mochila, lo mezclaron con pacientes que esperan el hisopado de covid-19; escasea el alcohol en gel; no hay sillas de ruedas; extravían documentación; no saben dónde van a dar los internados y nadie se hace cargo de nada.

La mamá que suscribe se dirige al intendente. Aunque el hospital es provincial, no está tan errada, ya que el director del nosocomio, Juan Esteban Marini, es un viejo socio de Mussi en negocios por los que fueron objeto de una histórica interpelación legislativa (1998) cuando manejaban el Ministerio de Salud. Mussi puso a Marini a cargo del Evita Pueblo como parte del canje de apoyo de los barones al conurbano al nuevo gobernador.

Estos son los pasajes principales de la carta de denuncia:

El día 13, mi hijo de 23 años tuvo un accidente en la vía pública en Berazategui, en la Av. 14 y 128. Lo llevan a la Unidad Sanitaria Sábato, pero por la gravedad del traumatismo se lo traslada al Hospital Evita Pueblo; ingresó por Emergencias a las 18.30.
Llegamos instantes después, no lo hemos visto entrar. Nos dicen que debemos esperar. Ante la tardanza, con mucha incertidumbre y ansiedad, empezamos a solicitar informes cuyas respuestas son esquivas, vacías, que debemos esperar, que ya nos informarán, que hay cambio de guardia, que están atendiendo otras urgencias, etc. Recién a las 23.30 hemos recibido el informe de que queda en terapia intermedia. Lo pasarán a sala, dentro de 3 horas Como no avisan, volvemos a insistir. A las 2.30 a.m. nos avisan que no va a sala y queda en terapia intermedia.

Mi hijo llevaba una mochila con sus pertenencias, entre ellas, su celular. Ya no lo tiene. Producto del accidente tiene sus ojos con un edema, imposibilitado de ver. Dicen que no se hacen cargo de los extravíos, que tenemos que entender que no se entran con cosas personales, mucho menos en terapia. Que podemos hacer la queja en Administración o Dirección del hospital. Nadie nos hizo llegar sus pertenencias, para respetar desde ese lado las normativas del Hospital.

Hemos podido verlo 5 minutos cerca del mediodía. Ahí mi hijo puede decirnos cómo fueron las cosas.

Nos dicen a las 10.15 que le van a dar de alta y que esperemos afuera. Pero a las 11.45, nos dicen que no se va de alta y que sugieren 24 hs. más de observación. Por eso se decide el traslado. Mi hijo tiene obra social, se podría haber declarado, ya que al hospital le sirve.

Se presentan los papeles que son requisitos para el traslado, a las 14. Pasan las horas y nadie nos notifica nada. Comenzamos a golpear y nada. Más tarde nos mandan a otra puerta y es lo mismo que la anterior. Así debemos hacer vigilancia e insistiendo para ver dónde nos contestarán.

20.30 se presenta una ambulancia, nos acercamos a preguntar a quién vienen a buscar y nombran a mi hijo. O sea, nos enteramos por el conductor y no por el hospital 6 horas y media después de entregar todos los papeles.

Hablando con mi hijo nos relata cómo fueron las cosas adentro. En la Guardia estuvo en una camilla tabla a un costado del pasillo por horas; a quien pasaba por su lado le pedía ayuda ya que se le complicaba respirar producto del trauma y el sangrado. Escucho una voz femenina decir: «está consciente, dejalo, es la hora de comer». Pedía que lo limpien, no lo hicieron. Lo llevaron para hacerle placas, tomografía y suturas, luego volvió a la tabla.

Pudimos ver otros por la misma situación. Todo ocurre en un sector entre emergencias y guardia. Un espacio que cumple con varias necesidades: ingresos de urgencias, egresos y traslados, informes a los familiares, un lugar de paso y de estar, pero también de espera de hisopado de covid-19.

Un Hospital debe potenciar con prevenciones básicas como dispenser de alcohol, que casi no existen. El espacio es muy pequeño; entre tanta circulación no cumple con las medidas de desinfección y mayor frecuencia. En la misma estamos todos, en busca de atención, informes y respuestas. Hemos visto a otros destratados y violentados en la moral. La impotencia genera angustias, quiebres, enojos y violencias.

No hay sillas de rueda en el lugar, familiares han tenido que ir a buscar una por los rincones.

Señor Juan José Mussi, ¿está Ud. al tanto de que éstas situaciones se viven en el sector más vulnerable del hospital?

Hicimos el reclamo por el extravío del celular, en Administración, cuya respuesta fue darme un whatsapp 1170062911 Gestión Quejas y el correo gestiondequejashospital@gmail.com, pero no he recibido respuesta. ¿Sabe Sr. intendente dónde van a parar estas quejas? ¿Sabe que muchos graves que ingresan, a las pocas horas su familia resuelve trasladarlos por abandono y destrato? Escuchamos muchas historias de dolor, de pérdidas de papeles, hecho que hace que las familias tengan que otra vez presentarlos, pacientes que no son localizados, nadie sabe si está en sala o en terapia.

Mi intención es desocultar aspectos inhumanos y siniestro de un sistema. Todo esto vivenciado en 24 hs., ya no tiene reparación para nosotros; pero confío en que debe revertirse por todos los siguientes ciudadanos.

Sr. Intendente, infórmese de cuáles son los acontecimientos, haga comprensión de la realidad, indague, accione y desinstale esas anormalidades. Quienes hacemos uso de un hospital público necesitamos de otros tratos, miradas, empatía, responsabilidad, compromiso, seriedad, ética y, sobre todas las cosas, respeto. Cuidar el Hospital es responsabilidad de todas las partes.

Mirta Benítez, DNI 22608606

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