Queridos compañeros:
Un 11 de junio de hace 76 años, comenzaba la historia de nuestra querida organización. Se lograba la personería gremial que empezaba a defender y a aplicar los derechos sociales que el sabio general implantó a la Argentina. Eran épocas de reducción de la jornada laboral, de vacaciones pagas y aguinaldos. Conquistas esenciales para el pueblo trabajador; logros que permitían soñar con una casa propia y con ganarse el sustento de cada familia.
Con la actividad industrial, con el orgullo del trabajo, nuestro bendito país se colocó entre las diez primeras potencias mundiales.
Hubo un líder, una doctrina y un movimiento nacional, popular y cristiano que lo estableció. Los “cabecitas negras”, “los grasitas” tuvieron salarios, mejores condiciones de trabajo y pudieron conocer el mar y las montañas en sus hoteles sindicales, comenzaba a cobrar salario diferido.
Largos años han pasado, compañeros. Desde el 2001 y hasta la fecha comenzaron otros problemas, otras cuestiones. Hoy parece que la sociedad se desintegra, cada familia en pie de guerra, hay gritos y acusaciones, mentiras y traiciones. Nace la indiferencia, se anula la conciencia, y no hay ideal que no se desvanezca. Sin embargo, aquí estamos, firmes y consustanciados.
Tuvimos que postergar nuestra gran fiesta de todos los años; en 2019, porque la política neoliberal trajo despidos masivos y pérdida de fuentes de trabajo. No pudimos festejar por respeto a nuestros compañeros que ya no tenían trabajo ni salario. Hoy, el 2020 nos encuentra sobrellevando la pandemia.
Debemos cambiar nuestros hábitos de vida, no podemos reunirnos, tenemos que taparnos las bocas, no podemos siquiera saludarnos con un abrazo, un apretón de manos o un beso.
Pese a ello, el trabajo del vidrio es esencial y la mayoría seguimos trabajando, con miedos, con angustias; soportamos el Covid 19 y hasta una muerte en el accidente de trabajo del joven Víctor Rodríguez. Vayan nuestras condolencias y solidaridad con su familia de Berazategui.
Fuerza, igual, compañeros; la unidad, los sueños, las utopías y la solidaridad son nuestra luz y ella nos guía. Hay muchos patrones que no saben del dolor, no lo sienten, son insensibles. Los trabajadores somos distintos.
Ustedes bien saben de la lucha de los últimos meses. Entre todos, con la ayuda del Estado Nacional y con un gran estratega estamos sorteando estas dificultades.
Transformemos la lucha y la angustia en festejo, en alegría serena. Disfrutemos que estamos vivos, que podemos trabajar, que cobramos salarios y que vamos a seguir enfrentando las tormentas. Brindemos porque vivimos en un país maravilloso y luchemos contra unos pocos que quieren adueñarse de lo que es de todos.
¡VIVAN LOS TRABAJADORES DEL VIDRIO, VIVA EL MOVIMIENTO OBRERO ORGANIZADO Y NUESTRA PATRIA, LA ARGENTINA!
SECRETARIADO NACIONAL- CONSEJO DIRECTIVO