FAMILIARES DE GENOCIDAS PRESENTARON SU LIBRO

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Hija de un genocida y sobrina de una desaparecida, Laura Delgadillo vino a presentar el libro de quienes repudian y se distancian de los miembros de sus familias que cometieron delitos de lesa humanidad.

Desde las 17 fue llenándose la Biblioteca de ADEU prestada al EMVJ.

La coautora del volumen agotó los ejemplares de Escritos Desobedientes ($650) traídos a la biblioteca de la Asociación De Estudiantes Universitarios prestada al Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Berazategui este viernes 13.

El acto comenzó con unas palabras del miembro del EMVJ Ernesto Zeitlin (consejero escolar, mc) quien resumió qué es el colectivo Historias Desobedientes.

Luego, el periodista Alberto Moya detalló su investigación periodística acerca de los vínculos con Berazategui: la desaparecida Hilda Delgadillo había trabajado con JJ Mussi en el hospital San Martín durante la represión previa a la dictadura.

Zeitlin, Delgadillo y Moya, debajo del cuadro de Célica García a sortearse en estos días.

A su vez, la visitante relató que su padre había trabajado en esta ciudad en la década del ’60 como inspector municipal, además de haber realizado tareas en empresas como Peugeot o Rigolleau.

Su padre represor murió sin que nadie lo hubiese identificado, por lo que zafó de cualquier requerimiento judicial, pero no le fue gratis hacia dentro de la familia. A pesar de trabajar en la DIPPBA (Inteligencia), cuando su hermana fue desaparecida, él presentó un habeas corpus, lo que le deparó inquina dentro de la fuerza.

Su mamá, esposa del policía, tampoco soportó la culpa. Luego de muchas discusiones, llegó a intentar suicidarse: se metió por el fondo del batallón de Comunicaciones de City Bell para hacerse matar. En efecto, consiguió que el imaginaria le disparase, pero el joven soldado estaba tan nervios que no acertó ningún tiro y, cuando la tuvo cerca, le dio un culatazo en un hombro que le rompió un hueso.

Durante la charla, Laura relató las actividades presentes de HD y el impacto internacional, tal el caso de periodistas de Alemania que vinieron a entrevistarlas, o el caso de Chile, donde también se conformó un HD que instaba a los carabineros a no disparar contra su pueblo.

En medio de esas idas y vueltas en el tiempo, Laura hilvanó trozos de historia y anécdotas: sus memorias del Golpe (ella tenía casi 17 años); la desaparición de su tía al año siguiente; la constatación de la labor de su padre; la convivencia en la mesa diaria sin hablarse, «sólo volví a hacerlo cuando necesité su firma para casarme, porque aun era menor pero ya quería huir de ahí», dirá.

Aunque fuera de la casa paterna, aquello continuó pesando. Un par de décadas en la religión de los Testigos de Jehová y muchos años de terapia después, pudo empezar a hablar de lo que más le pesaba; aún siente algo de culpa cuando se topa de frente con familiares de desaparecidos (y este viernes eran mayoría en la presentación).

No obstante, fue bien recibida, felicitada por la valentía del colectivo que se atrevieron a formar, y se llevó el agradecimiento de una audiencia que la oyó con sumo interés además de las muchas preguntas que sólo dejaron de ser formuladas para no atosigar a la visita.

Después de haber recorrido muchas provincias, se fue con la sensación de que Berazategui había sido especial, por los vínculos que halló tanto con su tía como con su padre, de quien poco a poco va reconstruyendo su derrotero. Un dato dejó: cuando pidió a la Policía el legajo de él, sólo le entregaron cuatro hojas, y una de ellas hace referencia «al folio 31».

Se ve que no sólo las luchas por la memoria continúan; también, el reflejo de la impunidad negacionista.

La nota previa a la presentación

El colectivo Historias Desobedientes integra a familiares de genocidas en desacuerdo con las atrocidades que cometieron durante la dictadura.

Algunas de sus integrantes estarán este viernes 13 desde las 17.30 (para arrancar a las 18) en la biblioteca de ADEU (147 y 12) invitadas por el Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Berazategui.

El comunicado del EMVJ.

A partir de la presentación del libro Escritos Desobedientes, se conversará acerca de casos vinculados a Berazategui.

La visitante

La testimoniante que visitará Berazategui.

María Laura Delgadillo es hija de un represor y sobrina de una desaparecida, una partera que durante la democracia de 1975 trabajó en el Hospital San Martín de La Plata. Allí, bajo la dirección de Juan José Mussi, tenían a detenidas parturientas engrilladas a las camillas, trasladadas encadenadas a ver a sus bebés, detrás de un vidrio, como consta en todo un capítulo del libro «… Y después la gente va y lo vota«:

«… Desaparecieron a los testigos de la responsabilidad de Mussi: la solidaria partera María Hilda Delgadillo; el pediatra que atendió a Nelfa Suárez y otras enfermeras de la Maternidad. En cambio, Mussi fue más permisivo con el colaboracionista Néstor Siri, a quien dejó seguir en carrera durante su extensa administración en el Ministerio (1994-2002). Siri llegó a ser jefe de Guardia en el Hospital de Niños hasta 2006, cuando triunfó la presión de los trabajadores por apartarlo, sólo escuchada por el ministro de Salud Claudio Mate«.

En el capítulo 27 de este libro (2013) se menciona a Delgadillo.

Lo que sí se sabía de Hilda Delgadillo es que, durante la dictadura pasó a trabajar como partera en el hospital de la carcel de Olmos.
En 1977 atendió el parto de los mellizos del matrimonio Reggiardo Tolosa (secuestrado el 9 de febrero en Varela).
Al saber de los planes de robo de los pequeños, Delgadillo (45 años) denunció el caso ante el obispo de la Plata, monseñor Antonio José Plaza, capellán de la Policía. Dos días más tarde (el 22 de agosto) fue desaparecida, con su esposo César San Emeterio. Esa noche, la parturienta y el padre de los pequeños, que no se veían desde su secuestro, fueron arrojados vivos, desde un avión, encadenados, al Río de la Plata. Al día siguiente, el policía Samuel Miara, de Bernal, registró a los mellizos como sus hijos.

Hacia 2005, en los Juicios por la Verdad, Celia Betty Halpern, quien había trabajado en el grupo Graiver, recordó a Delgadillo: «Sé que está desaparecida. Era amorosa; nos comentaba de las chicas que tenían familia«. Declaró que, en el hospital de Olmos, supo que «nacieron mellizos» y que «Delgadillo vino a decirnos que se habían llevado a los bebés«.
El abogado de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Emanuel Lovelli, mencionó en una audiencia que en un informe de marzo de 1984 firmado por el prefecto Abel Dupuy —imputado por los delitos en la Unidad 9, de la cual era jefe—, el penitenciario hace constar el «retiro absoluto» de Delgadillo en una fecha cercana a su desaparición.

Hacia septiembre de 2008, los parientes de la pareja de médicos recibieron de la Justicia Federal de La Plata la documentación que prueba que sus restos fueron hallados en tumbas NN, investigadas por el EAAF, y se recordó que el matrimonio dio aviso a familiares de prisioneras, lo que habrá de permitir la recuperación de bebés apropiados.

Delgadillo había estado en el centro clandestino de detención La Cacha (en las antiguas instalaciones de Radio Provincia, entre calles 191; 196; 47 y 52 de La Plata, contiguo al penal de Olmos). Allí, los represores se jactaban: «Estás en La Cacha, de Cachavacha, la bruja que desaparece gente«, en referencia al dibujo animado de Manuel García Ferré. Allí, fue fusilada y enterrada en una fosa común, según constató Patricia Bernardi, cofundadora y coordinadora de Laboratorio del Equipo Argentino de Antropólogos Forenses (EAAF), quien participó en la identificación de los restos de Delgadillo y su marido, según declaró en 2014.

Un caso disparador

La hija a quien el represor quiere desheredar.

En agosto del 2005, el padre de Analía, Eduardo Kalinec, un policía retirado, fue detenido y acusado de crímenes de lesa humanidad. Años después será condenado a cadena perpetua. Cuando ella se rebeló contra esa historia, el progenitor inició acciones para desheredarla. A partir de ahora gozará de salidas transitorias, habilitadas por el juez Méndez Signori para «mejorar lazos familiares».

19 Respuestas a “FAMILIARES DE GENOCIDAS PRESENTARON SU LIBRO”

  1. Cuánta impunidad …. Y la gente los vota por q pintan un cordón o resiclan botellas NO HAY PEOR CIEGO Q EL QUE NO QUIERE VER SIN DUDAS LOS MUSSI SON UNA MAFIA …YA SE LES VA A TERMINAR…

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