156 MUERTOS EN EL GOLPE DE 1955

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Verbitsky

Subjetividad, historia y política

Por Horacio Verbitsky

Una investigación del Archivo Nacional de la Memoria sobre el alzamiento cívico-eclesiástico iniciado el 16 de septiembre de 1955, al que luego adhirieron militares retirados, documentó al menos 156 víctimas fatales. Ocho de cada diez argentinos no habían nacido cuando se produjo ese golpe, entre ellos el actual presidente. Una excepcional colección de fotografías muestra la subjetividad de sus protagonistas y ayuda a reflexionar sobre cuán profundo se hunden las raíces de nuestro presente.

Al alzamiento cívico-eclesiástico contra el gobierno del presidente Juan Perón, después adhirieron grupos militares, bajo la jefatura del general retirado Eduardo Lonardi. La contraseña de los complotados fue Dios es Justo y en los tanques y aviones de los que lograron apoderarse pintaron una cruz dentro de la letra V, que se leía como Cristo Vence. Las acciones iniciadas el 16 de septiembre de 1955 en Córdoba, prosiguieron hasta el 21 y culminaron el 23 con la asunción de un nuevo gobierno, que se autodenominó Revolución Libertadora. El jefe golpista repitió una frase histórica, que Urquiza había pronunciado un siglo antes al concluir la batalla de Caseros: “Ni vencedores ni vencidos”. La repitió después de la batalla de Cepeda, en la que derrotó al separatismo porteño.

Foto: Jorge Schneider

“Declaré que el triunfo era de la Nación, no de un partido. Era una victoria sin derrota. Era el precursor en la reconciliación de la familia argentina, el emblema de la fusión política, la voz de la civilización cristiana y el lema de la igualdad ante la ley”. 

Apenas pasó un mes y medio hasta que Lonardi fue desplazado por el general Pedro Aramburu, que ilegalizó partidos políticos y asociaciones profesionales de trabajadores y pasó a docenas de opositores por las armas. El presidente no había nacido, igual que el 82,6 por ciento de la población del país en 2016 (según la Encuesta Permanente de Hogares), que sin participación alguna en los hechos no pudieron escapar a sus consecuencias, que aún se sienten en los virulentos debates de la política actual. 

Foto: Jorge Schneider

Un grupo de cinco investigadores del Archivo Nacional de la Memoria (entre ellos Carlos Hugo Morete, a quien todos llaman Gogo, y Rafael Cullen) investigó en archivos públicos y privados lo acontecido en aquella semana de septiembre de 1955 y estableció que hubo no menos de 156 víctimas. Hasta ahora se conocía que más de 300 personas fueron asesinadas en los bombardeos de la Fuerza Aérea y la Armada del 16 de junio de ese año, pero se daba por supuesto que el golpe de septiembre había producido pocas bajas. Los investigadores remontan la escalada de violencia al retiro de la oposición de la Convención Constituyente de 1949, con argumentos que consideran contradictorios entre sí y que podrán analizarse en profundidad cuando se publique el trabajo.

Durante la tarea, identificaron 156 muertos…

producto de los enfrentamientos entre fuerzas defensoras de la legalidad y golpistas y de la represión a las protestas. Ese número fue confirmado a través de actas de defunción, registro y archivos de Fuerzas Armadas pero podría ser mayor, ya que la investigación sigue en curso y no fue posible acceder a archivos policiales. Otros fueron destruidos. En Rosario existen testimonios e información periodística sobre decenas de víctimas de la represión  militar, pero hasta ahora no pudieron contrastarse con fuentes documentales. De esas 156 víctimas se verificaron 107 en Córdoba, capital y provincia; 28 en Buenos Aires, capital y provincia; 16 en Ensenada, y 5 en Santa Fe, de las cuales 4 en Rosario y una en Reconquista. El primer muerto fue un suboficial de la Policía Federal asesinado en la madrugada del 16 por un grupo de civiles en el barrio de Belgrano, según consta en el acta de defunción. En Córdoba, la mayor cantidad de muertos se produjo en el ataque del ejército golpista a la Jefatura de Policía legalista. En el Río de La Plata, 6 de los muertos fueron producto del bombardeo de la Armada al barrio Campamento de Ensenada, dos soldados del Regimiento 7 de La Plata legalista, dos policías de la provincia de Buenos Aires que enfrentaron a los marinos junto con los vecinos, un dirigente ferroviario que se quedó a atender a los soldados y otro vecino que murió de un síncope en la evacuación del barrio.

Foto: Jorge Schneider

Las fotos desconocidas que acompañan esta nota fueron tomadas por Jorge Schneider. Este fotógrafo documentalista, que también fue músico, consideraba que Perón dividía a la sociedad argentina, pero no participó en los comandos civiles. Su hijo Hernán, que trabajó en el Departamento de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba, fue detenido en 1975 y marchó al exilio al año siguiente, donó las fotos al miembro cordobés del equipo de investigación. Esas tomas restituyen el clima de un momento decisivo de la vida política del país. Algunas evocan imágenes de la guerra civil española, cuyo recuerdo indujo a Perón a no dar combate y explica su frase histórica sobre el tiempo y la sangre; otras parecen tomadas en los días de la liberación de París de la ocupación nazi. Todas muestran la subjetividad de sus protagonistas, y ayudan a reflexionar sobre algunas corrientes de la sociabilidad argentina que se prolongan hasta hoy. O sobre cuán profundo se hunden las raíces de nuestro presente. 

Foto: Jorge Schneider

La investigación comprendió

  • las cajas correspondientes al año 1955 en el Archivo de la Cancillería Argentina;
  • los Diarios de Guerra de 1955 del Comando en Jefe del Ejército y el Comando en Jefe de Represión;
  • los libros históricos del año 1955 de los Comandos de Ejército II, IV y V; los regimientos de Infantería de Ejército 3, 7, 11, 12,  14; las escuelas de Infantería y Artillería de Córdoba; el  Regimiento de Artillería 2 de Villaguay; los de Caballería 1 y 2; la Agrupación Blindada “A”; los destacamentos 4 de Mendoza, 5 de Neuquén y 12 de Iguazú, la Escuela Antiaérea de Mar del Plata;
  • el Fondo Documental del almirante Isaac Rojas, en el Archivo General de la Armada;
  • los libros de actas de defunción de las provincias de  Buenos Aires,  Córdoba y Santa Fe; los cementerios de la  Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Chacarita), La Plata, Rosario, Avellaneda y Córdoba;
  • los expedientes presentados ante la Dirección de Gestión de Políticas Reparatorias de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, por el acogimiento a la Ley 26.564;
  • los diarios de la época de la Capital Federal, La Plata, Rosario, Córdoba; las revistas Esto Es (Nº 93, Tercer Año);
  • La Gesta Revolucionaria en Córdoba (Publicación inédita, Septiembre de 1955); “Nosotros los Muchachos” (Número Extraordinario, Septiembre 1955);
  • la Fototeca del Archivo General de la Nación,
  • los archivos históricos de las provincias  de Buenos Aire y Córdoba y
  • el Archivo audiovisual del Archivo Nacional de la Memoria. 

En 2017, luego de convocar por las redes antisociales a una manifestación de apoyo a Macrì para el sábado 16, el oficialismo la postergó una semana para que no coincidiera con el aniversario. No todos estuvieron de acuerdo. De todos modos, el 23 de septiembre asumió Lonardi. 

Foto: Jorge Schneider

Nota al pie

El fotógrafo Schneir murió en 2015 a los 101 años.


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5 Respuestas a “156 MUERTOS EN EL GOLPE DE 1955”

  1. EL DERROCAMIENTO DEL GOBIERNO DEL GRAL PERON,FUE EL NACIMIENTO DE LA RESISTENCIA PERONISTA,Y AÑOS DESPUÉS LA APARICIÓN POLÍTICO MILITAR DE MONTONEROS.

  2. Durante el golpe del 55 en #Quilmes, el municipio fue ocupado por tropas del ejército encabezadas por el capitán Rodolfo Elisagaray -El intendente depuesto fue Armando Bucich-.
    Asumió en su lugar (el 6 de octubre) el capitán de fragata Rogelio Collet.
    Durante los días siguientes, los opositores salieron a festejar, como lo demuestra la foto del semanario El Plata, un nuevo quiebre institucional.

    El papa de Ariel Bucich era escritor y docente, había ganado en las elecciones de abril del 54 y asumido en mayo del 55. Con la proscripción no pudo ejercer más, y la pasó bastante mal…

    1. Berazategui era parte de Quilmes por entonces. Se autonomizó cinco años después. Y el golpista de entonces, Rodolfo Elisagaray, será el jefe comunal de Berazategui, dos décadas más tarde, durante la dictadura de Videla hasta que fue reemplazado por Rodolfo Spadaccini (1981).

      [Acabo de hallar aquí otra nota que cita mis investigaciones sobre el rol de Ariel López en aquel recambio https://conlospiesenelbarrio.wordpress.com/2016/02/03/fuerte-acusacion-sobre-ariel-lopez-el-jefe-de-gabinete-de-martiniano-molina-lo-vinculan-con-la-dictadura/%5D

  3. Un informe muy descriptivo. ¡Excelente! La violencia, el miedo y el autoritarismo tambièn llegaron a las pequenias ciudades del territorio argentino.La ceremonia religiosa de mis Padres fue acompañada por los testigos de la boda (El resto de la familia y amigos no podìan participar, se les prohibiò el ingreso). Militares armados, dentro y fuera de la Iglesia. Claro, no hubo que lamentar muertos, en aquella pequeña ciudad entrerriana; (al menos yo nunca lo supe), Pero si ese maldito fantasma de la violencia y el autoritarismo que flotaban en el aire.

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