Comenzó en La Plata el juicio unificado por los delitos cometidos durante la última dictadura en tres centros clandestinos de detención que funcionaron en sedes policiales del conurbano sur: el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y El Infierno, en Avellaneda. Serán juzgados 18 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz, el exmédico policial Jorge Bergés, de Quilmes y Juan Miguel Wolk, apodado “El Nazi”, responsable del Pozo de Banfield, donde estuvieron alojados los estudiantes de La Noche de los Lápices.
El Pozo de Quilmes fue un centro clandestino de detención, sitio también de maternidad clandestina, en el que funcionó la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Provincia hasta enero de 1979. Allí permanecieron cautivas 251 personas. Desde 1998 funcionaba allí la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes y en 2017 pasó a ser Sitio de Memoria.
El Pozo de Banfield fue una dependencia de la Brigada de Investigaciones, y en la dictadura cívico-militar fue centro clandestino de detención. Formaba parte del Circuito Camps.
El Infierno funcionó como centro clandestino desde el comienzo del golpe militar hasta 1977. En este edificio funcionaba la sede de la Brigada de Investigaciones de Lanús, cuyos jefes durante la dictadura fueron Ramón Camps y Ovidio Riccheri. Esta Brigada estaba a cargo de la Dirección General de Investigaciones de la Bonaerense, que dirigía el comisario general Etchecolatz.
