Más allá de unas «paso» catárquicas: Una mirada diferente a la de los grandes asesores politicólogos.
Por Esteban Biondo
El placer de ganar en un juego (lo lúdico genera adrenalina, ansiedad, frustración, desesperación, pena, odio, etc.), no es igual al de ganar en política, pues esto genera responsabilidad, compromiso, honestidad intelectual y estratégica.
En ambos, la soberbia no es buena; peor en lo último, que sólo fue una paso.
Sabemos la capacidad del PJ en reproducirse y de la utilización de los que ostentan el poder: en dos meses puede revertirse o hacerse más pareja (ej: La Pampa y las elecciones del 2019).
Es cierto que en Berazategui el mussismo bajó 24 puntos respecto al 2019, volvió a los números de 1983 (Alfonsinazo: 42 PJ –Arturo Ramón– y 32 la UCR).
La elección no está definida. Hay que tener en cuenta:
- 1- Diferencia en la media de asistencia de votantes en Berazategui que bajó un 12% aproximado.
- 2- En el distrito, la tercera fuerza fue el voto en blanco/nulo casi un 8%. El PJ suele utilizarlo como forma de demostrar su enojo.
- 3- El voto castigo a las dos grandes coaliciones: los K, a Randazzo. Los de Juntos a Espert/Centurión, suman entre un 12 y un 14%. ¿Se repetirán o sólo fueron usados para esa catarsis?
- 4- El 5 ó 6% de los votos de los partidos que no llegaron al 1,5% para entrar en la elección general.
- 5- Suponer que las tres listas de la interna representadas en Juntos dan suma exacta, es un error. La gente sabe quién está y qué intereses representan en el lugar más expectante, las internas siempre dejan heridas. Esta parece más una interna del PJ.
Lo último amerita interrogarnos sobre si el sistema elegido fue el correcto.
Ergo, hay un 45/50% que no sabe a quién va a votar después de la gran encuesta del domingo. Un 99% del país no sabe que va a pasar mañana.