Por Romina Bravo
En 2020 me mudé con mi vieja y mis dos caniches, en la calle 140 entre 16 y 17.
El vecino Juan Manuel Ribella, una noche en la que me encontraba en mi patio jugando con mis perros, comenzó a insultarme desde su techo, a decirme barbaridades, amenazando de muerte a mis perros y rompió la ventana de mi pieza. No realizamos ninguna denuncia porque nos había amenazado con un barrote de fierro y dijo que conocía nuestros horarios, nos mandaría a su gente para matarnos y matar a mis perros. En pánico, preferimos quedarnos calladas.
No pasó ni un mes, que me encontraba sola en casa y de nuevo me rompió la ventana de mi pieza porque había escuchado ladrar a mis perros.
Otro día me junté con amigos a comer y jugar a las cartas en pleno verano de 2022. Este hombre se subió a su techo y me lanzó una botella de vidrio directo a mi cabeza, me rozó. Llamamos a la dueña de la casa comentando lo que había sucedido y nos fuimos a dormir, decidiendo no juntarnos más en casa, para «no molestar» al vecino. En plena madrugada este sujeto pegó dos tiros a nuestra casa, dejó dos agujeros en el tanque de agua como prueba, llamamos a la Policía, vinieron pero no hicieron nada.
Salimos a hacer la denuncia por primera vez tanto en la Comisaría como en la Fiscalía; nos mandaron un móvil durante un mes y luego ya no vinieron mas por que se había vencido el plazo. Ese día nos enteramos de que ya había tenido otras denuncias por los anteriores inquilinos por agresión física y por apuntar con un arma blanca al ex inquilino.
Pasó un tiempo largo y el 25 de enero de 2023 mi hermano fue hasta casa a buscar mi auto para llevarlo a la VTV. Este hombre, al verlo, salió, lo amenazó y le pegó una patada al garage diciendo que él era quien mandaba en el barrio. Lo peor fue el 8 de febrero, cuando se encontraba un señor que contrató mi vieja para que cortara el pasto. El vecino salió y entró directo a mi casa, ya que la reja se encontraba abierta, pateó con todo la puerta, la rompió y se metió al living, donde mi mamá descansaba, la amenazó de muerte y le escupió a la cara, que iba a comenzar su persecución todos los días cuando ella saliera a trabajar.
Radicamos otra denuncia en la Seccional y en la Comisaría de la mujer. A las 20 horas de ayer me rompió un plafón del patio y a las 21 comenzó a lanzarnos piedras desde su techo, rompió los vidrios del quincho. Llamamos a la Policía, la cual se presentó pero no hicieron nada. Se quedaron diez minutos parados en la puerta de su casa y se fueron.
¿Cómo puede ser que alguien se te meta adentro de tu casa y no hagan nada?