En el día de la madre, una padre salió con su hijo para que mamá dispusiera de su domingo como le pareciera. Fueron al centro de Berazategui; no encontraron efectivo en el cajero del Banco Nación cerca de la barrera y caminaron en busca de negocios que, no sólo estuvieran abiertos, sino que aceptaran débito.
No hubo problema a la hora de almorzar, pero para el helado de postre que pidió la criatura hubo que caminar más. Por suerte, en Pachi (14 entre 147-148) aceptaban, aunque… el posnet no leía la tarjeta. De modo que habría que seguir caminando en una jornada gris que no se caracterizaba por la variedad de comercios abiertos.
-Pará, pará, no se vayan -dijo el joven de lentes.
¡Y le regaló el helado al nene!
Papá le dio los únicos diez pesos que tenía en efectivo y guardó su tarjeta nuevita (recién hecha, porque olvidó la otra en una sucursal del Nación en Eva Perón y Varela, Flores, donde de paso le robaron).
La generosidad del heladero le pareció tan infrecuente que, a la semana, regresó a pagar lo que su conciencia le indicaba. No halló al joven de lentes, pero habló con otro parecido, aunque de tonada venezolana, a quien lo había derivado el hombre detrás de la caja a quien le contó la historia.
Nobleza obliga, compró más helado; se sentó junto a su Poroto en las mesas de la vereda y entonces tuvo lugar otra sorpresa.
Una chica que caminaba con un bafle de la mitad de su altura, entró, habló y salió otra vez. Se sentó en un cantero delante del comercio, enchufó un micrófono y cantó, a la gorra.
-Qué lindo que le hayan dado permiso para que se gane la vida, ¿no? -comentó una clienta.
-Por supuesto, y de paso nos alegra la tarde a los demás -respondió su acompañante.
Desde la mesa contigua, un papá no pudo evitar contarles el gesto del día de la madre. !Se lo cuenta a todos!
-Es que cuando yo era chico, pedía venir acá porque era la única que vendía crema del cielo, una rareza.
Así empezó una conversación entre desconocidos que continuó quien sabe cómo, mientras el cronista del Centro Informativo Berazategui garabateaba estas líneas para publicar antes de la noche de las heladerías del jueves 14.
Que orgullo siento por los dueños de esta heladería, son amigos de Gonzalo el nieto del fundador de Heladeria Pachi, Don Urman, doña Pili su esposa que lamentable partió, pero siempre fueron un ejemplo de Tenacidad y trabajo. Siguieron su ejemplo sus descendientes y familia, Cacho, Marilin, que gracias a Dios cuando tuvo que transferirlo eligieron a buena gente que honra el nombre de la Heladeria , con estos gestos!!! FELICITACIONES A TODOS ELLOS!!!!!
Hola !! Wow que hermosa nota !! Muchísimas gracias, esas cosas linda de la vida, esos Mimos para seguir. Con muy poco se genera mucho a veces, y Más cuando lo intangible se hace invaluable!! desde nuestra óptica y desde nuestro lugar es imposible no ayudar o no regalar a nuestro tan querido prójimo. Gracias x la nota, vamos a seguir así para adelante.
Que bueno. Todavía existe gente noble!!