Había levantado en el aire a una anciana y su marido, tras lo cual huyó y escondió el auto. Este viernes fue condenado a 4 años de prisión por “homicidio culposo, agravado por conducción imprudente, negligencia, fuga en concurso con lesiones culposas”.
El 26 de marzo del 2018, Ana Guillermina Rivadero (de 71 años) y su marido, Faustino Bruno Maldonado (73), caminaban por la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata a la altura del barrio Los Ombúes de Hudson (frente al country Abril) cuando fueron embestidos de atrás por un Voyage blanco patente ONL-963 que le pegó de lleno a Ana, quién voló y cayó muerta varios metros adelante. Bruno quedó herido, se salvó porque el rodado lo golpeó de costado.
Gracias a las cámaras perimetrales del barrio privado, se identificó al auto y su chofer, Gerardo Agustín Pereyra, de 25 años –un policía federal con un año y medio en la fuerza, ya desafectado– que escondió su auto en una casa de la calle 419, en JM Gutiérrez. Lo tapó con una lona mientras buscaba un lugar donde quemarlo y denunciarlo como robado. Pero treinta horas después, con las imágenes replicando en los medios del país, debió negociar a través de su abogado para entregarse a la fiscal Karina Santolín.
Había trabajado tres años en la Municipalidad de Berazategui. En 2016 ingresó a la Policía Federal (PFA) donde, según su legajo, fue agente de apoyo técnico del Departamento de Delitos Ambientales. Luego del delito que cometió, su jefe Néstor Roncaglia decidió separarlo de inmediato de su cargo y ordenó a la Superintendencia de Asuntos Internos abrirle un sumario administrativo.
A juicio
En los alegatos, el abogado de los damnificados, Dante Morini, pidió 5 años y 8 meses de prisión, más 10 años de inhabilitación para conducir. El defensor de Pereyra, Luis Daer, pidió el mínimo de la escala penal para el caso, 3 años. Salomónico, el fiscal Jorge Squeo pidió 4 años y 10 meses de prisión, más los 10 años de inhabilitación para conducir.
En la Sala B del Juzgado Correccional 4 a cargo del juez Pablo Pérez Marcote se conoció el veredicto. La familia y amigos de las víctimas consideraron «paupérrima» la condena a 4 años que al fin recibió «el asesino».
Mónica, hija de las víctimas, sostuvo que “el juez no valoró en nada los agravantes, cuando ese pibe que mató a mi mamá cometió todos los agravantes. Ni tomó en cuenta la pena que pidió el fiscal. Estamos muy disconformes con el fallo. Cuando nos den los fundamentos vamos a analizarlos y a apelar”.
El policía que atropelló, mató y se fugó fue condenado a cuatro años de prisión – 13/09/2019 – 14:31
Se trata de Gerardo Pereyra, que embistió a un matrimonio en la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata. La mujer murió y su familia dice que la pena es baja y que apelará.
Gerardo Agustín Pereyra atropelló a un matrimonio de ancianos, mató a la mujer y escapó. Este viernes fue sentenciado a cuatro años de prisión.
El ex policía de la Federal Gerardo Agustín Pereyra este viernes fue sentenciado a cuatro años de prisión, más 10 de inhabilitación para manejar, por “homicidio culposo, agravado por conducción imprudente, negligencia y fuga, en concurso con lesiones culposas”. El hecho por el que se lo condenó ocurrió en marzo de 2018, cuando atropelló con su auto a un matrimonio que caminaba por la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata. La mujer, Ana Rivadero, murió de inmediato. Su marido, Bruno Maldonado, sufrió graves heridas, pero sobrevivió. Pereyra huyó sin asistirlos y ocultó su automóvil.
El fallo fue dictado por el Juzgado Correccional N° 4 de Quilmes. La familia de las víctimas había solicitado 5 años y 10 meses de prisión. «La pena que le dieron a Pereyra es paupérrima -sostuvo Mónica Maldonado, la hija de Ana y Bruno, después de conocer la sentencia-. El juez no valoró en nada los agravantes, cuando ese pibe que mató a mi mamá cometió todos los agravantes. Ni siquiera tomó en cuenta la pena que pidió el fiscal. Estamos muy disconformes con el fallo. Cuando nos den los fundamentos vamos a analizarlos y a apelar».
Pereyra, hoy de 27 años, llegó al juicio preso en la Unidad 31 del Servicio Penitenciario Bonaerense, en Florencio Varela. Lo detuvieron hace un año y medio, cuando después de estar más de 30 horas prófugo la Federal lo entregó a la Bonaerense, que intervenía en la investigación. Este viernes ni él ni su abogado estuvieron presentes en el tribunal para oír la condena. Con la pena que le dieron, en un año ya podría quedar en libertad.
Las imágenes de aquel 26 de marzo de 2018 son estremecedoras. Se ve a un Volkswagen Voyage que de pronto se desvía hacia Ana Rivadero y su esposo, Bruno Maldonado, que caminaban en la colectora de la autopista Buenos Aires-La Plata. Ella vuela por el aire y cae muerta varios metros adelante. Su marido, de entonces 73 años, queda herido, tirado sobre el pasto. El automovilista sigue de largo.
Las cámaras de seguridad de un country ubicado junto a la colectora, a la altura del kilómetro 33, fueron la clave para identificar al automóvil y a su conductor, Gerardo Agustín Pereyra. En su domicilio, una casa de mosaicos azules, puerta blanca y dos pisos de la localidad de Gutiérrez, en Berazategui, estaba el Voyage blanco. Lo había guardado en el garaje, con la parte delantera cubierta con lonas. Tenía el capó abollado y el parabrisas astillado.
Al momento del homicidio, Pereyra llevaba un año y siete meses en la Federal. Trabajaba en la sección de apoyo técnico del Departamento de Delitos Ambientales. En febrero de este año lo dieron de baja, después de que se le hizo un sumario administrativo.
“Nosotros pedimos cinco años y ocho meses de prisión, más 10 de inhabilitación para conducir. Nuestro requerimiento al juez (Pablo Pérez Marcote) es que aplique el nuevo artículo 84 bis del Código penal, que establece una pena de tres a seis años para un conductor que se fuga o no intenta socorrer a la víctima, como ocurrió acá”, había indicado a Clarín, Dante Morini, el abogado de la familia, antes de conocerse la sentencia.
En tanto, el fiscal solicitó una condena apenas menor: cuatro años y 10 meses de cárcel. La razón de no exigir el máximo (seis años) se apoyó en que Pereyra no tenía antecedentes.
“Pereyra siempre ocultó los rasgos de su delito: se fugó durante 36 horas, escondió el auto, no se entregó en forma voluntaria y se negó a que le extrajeran sangre para analizar en qué condiciones estaba”, explicó Morini, el abogado.
Durante el juicio se reveló que en los peritajes al teléfono del ex policía figuraba cómo planeaba escaparse, cómo le decía a sus familiares que iba a esconder el auto, prenderlo fuego o fingir con una denuncia falsa que se lo habían robado. “Agustín, ya está. Estás detenido Agustín. Ya están acá, en casa, esperándote. Vino el perito. Está la Policía, el comisario, están todos. Así que bueno pasame la dirección de donde estás trabajando”, le pidió un familiar en esos mensajes a los que tuvo acceso Clarín.
Al hacer uso de las «últimas palabras», Pereyra dijo que fue un accidente y pidió perdón. La familia Maldonado no le cree y asegura que el ex policía nunca mostró arrepentimiento.
«Esta sentencia es una burla para los ciudadanos que todos los días salimos a trabajar y cumplimos con las normas. Mi papá está muy triste. Estamos muy desilusionados con la Justicia, pero vamos a seguir luchando para que no vuelva a haber otros Agustines Pereyra que se crean impunes. Porque trabajando en la Fuerza, él trató por todos los medios de quedar impune. Pero tiene la condena social».
Muy buena nota Alberto Guillo Moya!!!
Muy amable.
La justicia que desprecia la vida..
Asesinos al volante… cobardes que huyen…!!!
La verdad indignada con el veredicto,uno mata se escapa,esconde y destruye una familia y solo cuatro años una vergüenza
la condena corresponde al hecho de fugarse no?