TERMINA EL JUICIO POR EL CRIMEN DE SLIWA

Compartir

El suegro de dos de los acusados era comisario en la zona.

El lunes alegarán las partes en el juicio oral y público en los Tribunales de Quilmes a cuatro sujetos por el homicidio de la docente jubilada Sofía María Sliwa en 2018.

Los detenidos Darío Ezequiel Medina (29 años), Braian Nicolás Ríos (28), Gonzalo Iván Galán (29) y Ezequiel Alejandro Andrada (26 años), están siendo juzgados por el asesinato de la docente jubilada de 78 años y el robo a la vivienda de la víctima el 13 de junio de 2018, en 136 y 30, de Ranelagh.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 escuchó el testimonio de un amigo del imputado Galán de forma remota desde Perito Moreno (Santa Cruz). De manera virtual, Alejandro Geréz se presentó ante los jueces a pedido de la defensora oficial Mercedes Bussola, que representa a Galán.

Aclaró que se fue a vivir al sur, porque “metieron cosas en mi boca que yo jamás hablé”; al tiempo que explicaba que “tuve problemas con el Mono Medina, porque me amenazaban, porque dijeron cosas que yo no dije”.

Insistió en que él nunca tuvo trato con Medina, que sabía que era la pareja de la hermana de la esposa de su amigo Galán, sobre quien aseguró que “siempre trabajó de mecánico, primero en una empresa de colectivos y después hacía mecánica a domicilio. Él ganaba bien y yo a veces trabajé con él como ayudante y me pagaba”.

Antes de presentar a su próximo testigo, la defensora Bussola, explicó que debido a que éste tenía temor de prestar declaración frente a los imputados Medina, Ríos y Andrada, solicitó que no presencien su testimonio, al igual que los familiares de los acusados nombrados que se encontraban en la sala.

Los jueces Rubén Darío Hernández, Alejandro Portunato y Julián Busteros, por unanimidad, resolvieron que se acondicionara la sala para que los acusados permanecieran y que se desalojara a los familiares de los cuatro juzgados.

El celular

Se presentó ante el Tribunal Diego Sebastián Di Francisco (31 años), que estuvo detenido un mes y medio porque tenía en su poder junto a su hermano, ya fallecido, los dos teléfonos celulares que habían sido robados de la vivienda de Sliwa, cuando la asesinaron. Di Francisco, fue imputado por “encubrimiento agravado por el ánimo de lucro”, por el que podría recibir una pena de ejecución condicional que no superará los tres años. Sobre él pesan acusaciones sobre el robo de ruedas, que sobrevolaron durante su testimonio ya que podía afectarse la garantía de no autoincriminación.

No obstante, Di Francisco declaró como testigo. Al momento de su detención había dicho que los teléfonos los había recibido de “El Mono” Medina, y ratificó esos dichos. Sin embargo, durante casi dos horas de declaración negó que Galán lo hubiera invitado a robar. Dijo que los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) lo golpearon y lo obligaron a decir que Galán lo invitaba a robar. “Sentí presión de la Policía. Tenía miedo. (Los policías) me decían que yo había matado a la señora (Sliwa) y yo soy un trabajador. Yo tomé el celular porque me lo dieron”, se justificó. “Medina me dio los dos celulares, el que andaba, andaba, el otro lo tiramos a la mier…”.

Declararon las ex parejas de Medina y de Andrada; de ahí se supo que el suegro de dos de los acusados era comisario en la zona.

En vista de que los defensores de los imputados desistieron de testigos pendientes, se anunció que la próxima audiencia será el lunes 5 de junio a partir de las 9 para oír los alegatos.

Diario 5Días.