KUNZ, ¿DONDE ESTA LA QUBO?

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La foto de apertura de esta nota es la de la camioneta Qubo patente NNN 015 de Miguel Angel Padula que entregó al concejal Gabriel Alejandro Kunz para ponerla a trabajar y aún no aparece.

Peor aún, quien apareció es una persona que dice haberla comprado.

Ambos ofrecieron prueba documental que, en principio, la policía cercana al local de Kunz no quiso tomarla.

Vamos por partes

Padula, en Munro, vio un aviso en las redes que le permitiría zafar de los efectos económicos de la pandemia: Una empresa de logística ofrecía alquilar vehículos utilitarios como la camioneta Qubo que él tenía.

Vino a la zona sur, donde se entrevistó con la gente de Ponce de León. El único que no usaba barbijo era un gordito risueño de pelo claro que le pidió probar la camioneta. Padula le dio la llave y el gordito quedó contento con la prueba.

Acordaron precio, fechas y, el 8 de septiembre, firmaron este documento:

Pasaron meses de espera en los que no apareció ni la plata convenida ni la devolución del vehículo. Padula repasó lo firmado, en donde la locataria había escrito de puño y letra manuscrita que a partir del tercer mes aumentaría lo que le pagarían:

Hasta que la prima de Padula le llamó alarmada:

–¿Pusiste en venta tu camioneta?

–No, ¿por qué? Si está trabajando en la Logística.

–Mirá:

El aviso de venta de la camioneta.

No había pasado una semana de la entrega de su vehículo, ya estaba a la venta.

Padula todavía la estaba pagando.

Le taparon la patente para ofrecerla a la venta.

Marche preso

Padula fue a la Logística, la encontró cerrada, preguntó a los vecinos que le dijeron que desde que vino la Policía no abrió más y fue a hacer la denuncia. El damnificado sostiene que la Policía no tenía mucho ánimo de trabajar en el caso:

“No quisieron tomarme la denuncia, apenas si me aceptaban una exposición; anotaron muchos datos mal, hasta la fecha era incorrecta. Cuando se lo señalé, me arrancó el papel de la mano y me habló de mal modo uno de los policías que, como todos, tenían dos solcitos como identificación de rango”.

Miguel Angel Padula, testimonio a este CIB.

Por fin, luego de ir tres veces a la Policía, le tomaron esta declaración:

La testimonial que le tomaron a Padula.

Como a los desconocidos no los une el amor si no el espanto, en medio de la desgracia se conoció con el comprador de la Qubo, quien pagó un adelanto de doscientos mil pesos.

Con eso empezará la odisea de otra víctima, Oscar. Pero eso dará lugar a otra historia.

(Continuará)

6 Respuestas a “KUNZ, ¿DONDE ESTA LA QUBO?”

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