DEMOCRACIA 40: “SON TODOS CHORROS”

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El Concejo Deliberante reunió a un grupo de ediles con mandato cumplido de los primeros años que siguieron a la recuperación de la democracia.

Foto: Rubén Giménez (UCR); Juan Azzarita y Jorge Vera (PI); Margarita Mateo (PJ mussista); Hugo Guerrieri (Casa del Peronista) y Alberto Quarchioni (mussista).

Vale recordar lo que se gritaban por entonces:

SON TODOS CHORROS

De su libro «… Y después la gente va y lo vota».

El 3 de junio de 1988, exhumaron el proyecto para un cementerio en El Pato, aprobado junto al edil comussista (comu[nista-mu]ssista) Nicasio Mendoza, cuando fenecía la administración de Arturo Ramón, quien lo vetó. En esta oportunidad, dieron la espalda al pueblo que reclamó frente al municipio en una sesión seguida con especial interés por tres hombres trajeados. Nacía Parque de la Gloria.

A seis meses de asumir, sacaron del Archivo el expediente; ocultaron el despacho de la Comisión a algunos miembros –como Bernardo Mayer– y lo trataron en una sesión con sugestiva asistencia perfecta (necesaria para asegurarse los dos tercios).

–¡No es cuestión de muertos sino de vivos! Dicen que este cementerio traerá progresos (…) con dos tercios de los votos resucitamos a un muerto (el expediente en Archivo) y ahora lo queremos hacer caminar; seguro, vamos a ponerle servicios públicos para que los muertos gocen de buena salud…

El argumento de Jorge Vera fue acompañado por una ironía sobre lo proferido por JJ Mussi respecto a cortar las manos a quien las metiera en la lata.

–… Si es preciso, presentaremos un proyecto de ordenanza para comprar manos ortopédicas. Al igual que a los moribundos se los unge con aceite, la empresa Eucalia parece haber usado 30 mil latas de aceite para resucitar el expediente del cementerio.[1]

[1] Aprobaron un cementerio privado. El Sol, 6 de junio de 1988.

Guerrieri marcó una diferencia respecto de su bloque:

–No pienso mal, pero algún vecino puede decir que acá hubo algo raro.

Quarchioni respondió:

–Para tranquilidad de Guerrieri (…) el cementerio traerá mano de obra para 50 personas, floristas, jardineros…

Cuando Héctor Bertoia defendió las privatizaciones, Vera retrucó:

–Con ese criterio, se podría privatizar el cementerio parque comunal.

A los mussistas les brillaron los ojos.

A Arrondo no se lo vio levantar la mano; alcanzaba con las de Aguiar, Aranda, Grilli, Marcelino López, Margarita Mateo, Ricardo Mayer, Quarchioni, Sánchez, los ocho unioncívicos y el ortodoxo Alberto Perrone.

Enterado del vertiginoso tratamiento, el asesor letrado se acercó al recinto, habló con algunos y, puesto al tanto, empezó a los gritos:

–¡Son todos unos chorros!…

Luis Pierrot encaró a los concejales:

–… Presenté mi renuncia en blanco. Pónganle lo que quieran, son todos unos chorros los que votaron; pero yo tengo dignidad, por eso me voy (…) Vendieron a Berazategui por unas monedas de plata. Ni en la gestión de Ramón se aprobó esta barbaridad.

Algunos ediles bajaron la cabeza y se retiraron.

–No te enojés, Luisito –intentó frenarlo uno.

–Saben como yo que están currando; no son hombres para reconocerlo…

Un concejal se acercó a pedirle que bajase la voz.

–Nadie me va a hacer callar; los voy a escrachar.

Poco después, integraría una Multipartidaria de Control de Gobierno.[2]

[2] El Sol, miércoles 3 de agosto de 1988, central.

El 10 de junio, la UCR pidió que el intendente vetara la ordenanza 1539.

Veinte días más tarde, vecinos de El Pato marcharon por la Av. 14, pasaron por donde debería estar Eucalia, pero allí funcionaba Argen-Sur, que nada que ver. Ya en la Municipalidad, ante José Jorge y los fomentistas de Unión, Mussi avisó que no vetaría la ordenanza.[3]

[3] Manifestación contra cementerio de El Pato. El Sol, 4 de julio de 1988.

El escándalo era tan obvio que las manos en la lata trocaron en puños cuando Perrone se cruzó con Pierrot, quien iba a cobrar el sueldo adeudado.

–Sos un hijo de puta; por tu culpa no puedo pisar más El Pato.

–Seré lo que decís, pero no soy chorro.

El concejal que votó el negocio trompeó dos veces al denunciante.[4]

[4] Concejal golpeó al ex asesor Pierrot. El Sol, 4 de julio de 1988.

El cementerio se hizo contra los impedimentos legales, como la vigente ordenanza 221/78 que había otorgado la instalación a otro cementerio, Jardín de Rosas SA, y por la vigencia de una ley provincial que fijaba un perímetro de 15 km entre necrópolis.

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