(CIB) El cantante y baterista de Manal, pionero del rock argentino, vivía en Sourigues. Falleció este sábado a los 78 años. Este CIB ya había reproducido su biografía aquí.
Era amigo del editor de prensa Julio Ortega, que lo llevaba a reuniones sociales o partidarias; alguna vez lo sentó a comer con Arturo Ramón durante los ’90. A partir de esas reuniones surgió la idea de hacer un libro con sus memorias que redactaría otro periodista amigo en común, Alberto Moya.
Los caminos divergieron con su acercamiento al mussismo, que el 14 de octubre de 2010 lo declaró ciudadano ilustre por el Concejo Deliberante de Berazategui. Eso le abrió escenarios oficiales, como el del Centro Cultural Rigolleau, mucho más grande que el bar donde tocó hacia 1994, frente a la barrera de la 11, donde hoy funciona FM Cristal.
Hace poco fue internado en terapia intensiva en un centro de alta complejidad del barrio porteño de Almagro.
Su hermana confirmó la noticia en redes sociales durante la tarde:
“Soy Dora Alicia Martínez Suárez, hermana de Javier. Lamento informarles que mi hermano ha fallecido hoy”.
“Su cultura, sus dichos y el swing de sus palos acariciando los tontones”, expresó desde su cuenta de Instagram con una imagen del autor de clásicos del cancionero popular como “Jugo de tomate” y “No pibe”.
“El domingo 5 de mayo, entre las 16 y 19, en la Casa Guerrieri de avenida Forest 900 lo acompañaremos en su viaje a la eternidad por siempre y para siempre. ’Cuando uno no tiene más nada que decir, comienza el viaje de callar’”, cerró la públicación.
Otro músico publicó la noticia en sus redes con un sentido mensaje:
“Javier Martínez. Inventor del blues argentino, murió hoy. Recordemos su voz, su risa”.
Antonio Birabent
Otra periodista local que lo trató, publicó lo siguiente:
¿Alguien puede entender esto?
Nos dejaste helados, Javier! Como cada vez que te vimos tocar, cada vez que te enojaste o gritaste furioso, porque sos así, intenso, y tan querible que nos dejaste sin entender por qué no hay bises. Nos diste tanto, que ni somos del todo conscientes de la magnitud de tu obra, o mejor dicho: muchxs no lo son, pero muchos que te queremos, sí.
De mi parte, tuve el honor de compartir con vos muchas cosas, charlas, públicas y privadas, y siempre eso fue un festival de palabras y pensamientos. Siempre me dejaste pensando, tu forma directa de expresar todo tan libre quedará como marca. Incluso las peleas, que tampoco duraron mucho. Te voy a extrañar mucho, mi vecino “destacado”, tu voz profunda y potente, tu toque preciso.
Te juro Javier que extraño hasta tus quejas! “Este país es una calesita”, y sí, ¿quién te iba a discutir?
En uno de los eventos te dije “por Almendra vino Rodolfo nomás”, y respondiste con toda la fuerza de tu afirmación “¡El más importante, el baterista!”. ¡Cómo no quererte!
Mala fecha el 4 de mayo, perdimos demasiado.
@manal.javiermartinez gracias por tu vida apasionada por saber y por la música.
Querido y admirado Javier Martínez: la música de Manal acompañó mi vida y mi formación como músico. Fue, de hecho, el primer grupo de rock que vi en vivo, a los diez años. Cuando te lo comenté, hace poco, con tono emocionado, respondiste con tu clásica ironía “lo siento por vos”. Saludo a tu maestría en la batería, al alma en tu voz única, a la poesía rea y hermosa que le otorgó al blues pasaporte argentino. Fan tuyo desde siempre y para siempre, en cada latido y cada nota, estarás. Una lágrima de carga se inclina a bendecirte desde el sur, un trozo de este siglo.
Pedro Aznar