1906 – 1 de febrero – 2023. 117 años del nombre: de Godoy a Plátanos
El 6 de abril de 1875, el predio para la estación Plátanos fue vendido por la familia Godoy (a 148 años de la estación y pueblo de Godoy).
La estación ferroviaria recibió el nombre de los dueños de sus tierras, el que recién sería cambiado el 1° de febrero de 1906, por “Plátanos”, la especie de árboles que decora los paseos públicos y plazas, con hojas de tipo palmiformes y caducas.
Un poco de historia
El 6 de abril de 1875, Laureno Godoy vendió al ferrocarril de Buenos Aires al Puerto de la Ensenada, las tierras donde se construiría la estación e instalaciones. También en esa fecha, se concibió la creación de un proyecto de pueblo, que se denominó “San Agustín” y se vendieron varios solares en esa ocasión, que fue el incipiente comienzo del futuro Plátanos, pero ese pueblo se llamó solo “Godoy”, por la estación, según se puede constatar, en las actas de la iglesias de Santa María de Hudson.
En este artículo se reproduce una copia de loteo en 1875 en un diario en inglés, editado en Buenos Aires.
Hacia fines del siglo XIX, la familia Godoy vendió gran parte de sus tierras a Alfonso Ayerza y a don Claudio Ruiz. El primero fundó una estancia y haras llamado Las Hormigas, donde criaban caballos árabes. Ruiz loteó doce manzanas adyacentes a las vías y a las Avenidas Bemberg, denominándola “Villa Matilde”, primer pueblo de Hudson, aunque ésa será otra historia.
Don Alfonso, en su propiedad que llegó a tener 150 hectáreas, parquizó con especies exóticas los senderos con gran estilo paisajístico, existían muchas araucaria, plátanos, cedros, palmeras y sobre todo construyo un hermoso casco de estancia, que denominó Quinta Grande, con 950 m2. También colocó una fuente y hermosísimas estatuas con pedestales. Por supuesto, tenía otras comodidades, como una pileta de natación que construyó en 1925, con capacidad de 2.000.000 litros, pero antes había escavado una laguna artificial con una superficie de 20.000 m2, con una isla en el medio. También se utilizaba para refrescarse en verano las aguas del arroyo “Las Conchitas” (ahora Plátanos), en ese momento no estaba contaminado; en donde se navegaba (sí, se navegaba…) sin dificultad hasta la desembocadura, en puerto Colares, antiguo puerto contrabandista.
En estas tierras, cerca del puente ferroviario, Ayerza, colocó una hermosa estatua, réplica de la Venus de Milo, de tamaño natural, con un gran pedestal, en medio del arroyo. Esto fue en 1913. Miles de viajantes del servicio ferroviario, la recuerdan con cariño.
En verano, llegaban a trabajar en la estancia más de 30 personas, muchas se radicaron en la zona. No sería de caballeros dejar a mencionar los premios ganados en la Sociedad Rural Argentina. Y cómo olvidar al último mayordomo de la estancia, don Gregorio Serventi (16/2/1916-18/7/1999), premiado por su participación en la cría de caballos, desfilando a la vista de muchos presidentes de la Nación, en Palermo.
Una de las hijas de Ayerza, Blanca, llamada por todos Cachita, contrajo nupcias con el gran arquitecto Alejandro Bustillo, creador de grandes edificios como el Monumento a la Bandera, el casino y hotel de Mar del Plata, el Banco Nación, en Plaza de Mayo, etc. Uno de los ocho hijos de la pareja fue el artista plástico César Bustillo, reconocido en su patria chica, Plátanos: Está próximo a inaugurarse su museo en su antiguo atelier, donado por la familia a la Municipalidad el 4 de agosto de 1999 y efectivizado en 2002.
Fin de la estancia de Las Hormigas
Pero toda época termina, con el fallecimiento de don Alfonso Ayerza, sus hijos continúan algún tiempo en Plátanos, pero luego venden las tierras al colegio San Salvador, de la orden religiosa de los jesuitas, que a su vez, venden a una compañía italiana, textil llamada SNIAFA, productora de rayón.
En 1952, comienza la producción de Fibrana, y empieza la contaminación del arroyo, por sus efluentes industriales. SNIAFA llegó a tener doce bombas de agua, un tanque elevado con un volumen de un millón de litros de agua, 15.000 m2 de calles pavimentadas, y una superficie cubierta de 60.370 m2, quedando Quinta Grande dentro de las 73 hectáreas de la fábrica, sirviendo de hotel y comedor para el personal italiano. El resto se vendió y comenzó a poblarse Plátanos.
En 1965, se eligió la fecha del “1 de febrero de 1906”, como día de las fiestas patronales de la localidad. Fue votada por unanimidad por concejales presentes en el Condejo Deliberante.
Continuando con la historia, el ciclo industrial de SNIAFA termina en 1981, con las políticas económicas de José Martínez de Hoz y sus sicarios. La empresa cerró y sus trabajadores fueron despedidos. Quedó sólo una discreta vigilancia.
Plátanos en los ’90
Pasaron nueve años de soledad. El 8 de junio de 1990, en la Gobernación de Antonio Cafiero, se compró el predio en unos 10 millones de dólares, y comenzó el anuncio de un ambicioso proyecto habitacional, que consistía en la construcción de varias torres de departamentos; también se promete campos de deportes, una escuela técnica, iglesia, espacios verdes y un centro cultural en Quinta Grande. En el proyecto, participó personal de la Municipalidad, la Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia y de la Dirección de Ordenamiento Urbano.
Pero todo queda en el olvido.
Pasó el tiempo, que todo lo destruye, y el proyecto de viviendas sufrió su muerte natural y surgió un nuevo proyecto: un polo industrial de pequeñas empresas. Esto fue en 1996, según los diarios locales.
Comenzó en forma muy acelerada una nueva depredación de los árboles y la casona nombrada, Quinta Grande, que fue nombrada monumento histórico provincial (Ley 12.800/01), pero sufrió un incendio intencional en abril de 2000, y fue casi demolida. Sus restos son contrapisos, en las viviendas cercanas, sus ladrillos deben ser precarios muros y algún macetero adorna una casa sobre el barrio Bustillo.
En 2002 la provincia cedió la propiedad a la Municipalidad, y poco a poco se formó un polo industrial formado por pequeñas industrias y depósitos. Hoy, decenas de empresas dan trabajo a los vecinos de Plátanos.
Instituciones de Plátanos
En la localidad tenemos además las siguientes escuelas primarias, la Básica 22 (1958), EPB 17 (1955), EPB 51 (1990), el colegio María Ward (1952) con primaria y secundaria; la Pileta (1965), primero de la familia Zabatovsky y luego del Sindicato de la Alimentación; el Jardín de Infantes 901 (1963); un jardín maternal municipal en el barrio 3 de Junio; varias salitas de primeros auxilios entre ellos la 10 Dr. Mariano Pauluk; algunas Sociedades de Fomento: Plátanos (1956); Villa Chingolo (1952), 3 de Junio; La iglesia Santa Isabel de Hungría (20 de junio de 1973), la iglesia Reformada Holandesa (1962), y varias iglesias evangelistas.
Funcionan desde muchos años las instalaciones de Radio Comunicaciones de la Policía Federal, en el antiguo bañado, en la zona este de las vías.
Tenemos la biblioteca José Ingenieros (12 de mayo de 1984); el Centro de Jubilados La Amistad (1997), y recién, en la antigua Plaza Unidad Nacional, reinaugura en 1999 (pues fue habilitada en 1985 con el advenimiento de la democracia) con el nombre de “Juan Mussi Padre”.
Comisión de Estudios Históricos de Berazategui
Presidencia: FEEHPBA Federación de Entidades de Estudios Históricos de la Provincia de BA
Instituto de Estudios Genealógicos y Heráldicos de la Provincia de BA
Instituto de Inv. Históricas Juan Manuel de Rosas. Delegación Berazategui
Aprodemus (Asociación de Profesional de Museología)
chberazategui@gmail.com