DERECHOS HUMANOS Y JUSTICIA SOCIAL

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Por Néstor Rojas *

Este jueves 4 de septiembre, en el Congreso de la Nación, parece mentira que en los recintos parlamentarios se pusiera en debate si había que asistir con una ley, con políticas públicas a las personas con discapacidad, o si no había que hacerlo, tal cual propuso en su veto Javier Milei, acompañado de los parlamentarios que vienen sosteniendo estas brutales propuestas sádicas.

Mientras me encontraba frente al Congreso de la Nación, recordé que hace algunos martes hubo también una masiva concentración de muchos chiquitos con síndrome de Down, o con otro tipo de discapacidad, en silla de ruedas. Fueron cargados por la Gendarmería que Patricia Bullrich mandó para correrlos, sacarlos, reprimirlos o asustarlos. Como la gente resistió, debieron retirarse.

Este 4 de septiembre, en una nueva jornada, se vio que la movilización popular fue inclinando esa balanza: dijo un claro ‘basta’, al régimen de Milei.

Entre esa multitud, pude recordar otros tiempos, allá por los ’70, cuando un gran militante que venía de Chile, José Poblete (tuve ocasión de conocer a su mamá, que estaba con las Abuelas de Plaza de Mayo, en alguna actividad en F. Varela). Poblete había tenido una accidente en Chile ante un tren, perdió sus piernas y, para una mejor atención, vino a la Argentina.

José era un muchacho con mucha consciencia, mucho compromiso, mucho sentido humanista. Estaba en un grupo de religiosos por el socialismo, pero se convirtió al peronismo y creó un Frente de Lisiados Peronistas, que reclamaba un cupo laboral para las personas con discapacidad. Se casó, vivían en La Plata y tuvieron una hija. Cuando su beba tenía ocho meses, la dictadura militar los secuestró, el 19 de mayo de 1977. La dictadura genocida no quería ver reclamos por los derechos de las personas con discapacidad.

Se tienen datos de que lo retuvieron hasta 1979 en centros de exterminio. Luego, lo mataron.

Años después, la mamá de José, que mucho buscó, encontró a su nieta, aquella bebé de ocho meses, Claudia, que será la nieta recuperada número 64.

Recordaba todo esto ayer, frente al Congreso, cuyo recinto parlamentario restableció estos debates. Al ver las emociones y las lágrimas en los abrazos de tanta gente, no podía dejar de recordar esto que ocurrió en los ’70, para reflexionar que esta lucha viene de largo; que esta obligarquía de apellidos estaba representada por una dictadura de uniforme que hizo el trabajo sucio, aunque había un generalato de traje y corbata. Hoy tiene como representante o bufón del poder a Milei, llevando a cabo las peores cosas. Qué similitud hay en esa lucha de los ’70 y las de hoy.

Quiero saludar con mucha alegría el triunfo de este pueblo que hoy dice basta a estas políticas, de gran similitud con las de José Martínez de Hoz en la noche más sangrienta que padecimos como pueblo. Hoy estamos comenzando a despertar y a salir de lo trágico que nos toca, pero con una gran esperanza: la de la victoria de este pueblo que una vez más fue subestimado, pero que grita que no está dispuesto a tolerar este tipo de políticas, este robo y este saqueo que se realiza con Milei.

  • Integrante del Secretariado Ejecutivo nacional de la CTA Autónoma

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