OTRO ATENTADO TRUMPISTA

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Por Leonardo Herrmann

No es un secreto que Donald Trump rediseña la frágil democracia estadounidense en una dictadura. También se sabe que no es un experimento exclusivo para Estados Unidos; desde su anterior mandato Trump, junto a su asesor -el supremacista blanco- Steve Bannon, se dedicó a construir la nueva internacional neonazi con ejemplares como los franquistas de Vox, los amigos de Elon Musk, los nazis de Alternativa Para Alemania, el inglés amigo de Milei, Tommy Robinson y su Liga de Defensa Inglesa, los muchachos mexicanos de la logia político religiosa El Yunque, los nazisionistas de Netanyahu, los evangélicos fascistas de Jair Bolsonaro, los pinochetistas de Katz y los intelectuales de LLA, Agustín Laje y compañia, entre otros monstruos de ese patético tren fantasma.

Un fascismo en bucle

Si vemos sus políticas, observaremos la reiteración de un modus operandi que más allá de las particularidades de cada país, repite un guion.

Es imposible no darse cuenta del paralelismo de la utilización por parte de Patricia Bullrich de fuerzas federales para la represión interna y lo que hace Trump militarizando las calles con la Guardia Nacional, organizando ataques de falsa bandera como el asesinato de Charlie Kirk, pero también como el mafioso que es, atacando con violencia a sus adversarios políticos.
Así lo prueba el sospechoso incendio en la casa Diane Goodstein, jueza de Carolina del Sur.

El mes pasado, Goodstein bloqueó de modo temporal la entrega de unos archivos con la información de los votantes del estado a la comisión electoral del Departamento de Justicia. Una maniobra del gobierno federal de Trump, destinada a reformar en forma drástica las leyes electorales de manera de restringir el derecho al voto a comunidades de latinos o poblaciones marginales que pueden afectar la intención de perpetuarse en el poder al ridículo y pervertido dictador pelirrojo.

A partir de ese momento, la jueza, de 69 años, ha asegurado a los medios que llevaba semanas recibiendo amenazas previas al incendio que ha destruido su casa. Allí, al momento del incendio, se encontraba su marido el ex senador demócrata Arnold Goodstein, quien habría quedado malherido al romperse las piernas al saltar del edificio, y su hijo, del cual se desconoce su situación.

No fue un hecho aislado. Por un lado, «aviva el fuego de una guerra civil contra la izquierda», utiliza como buen fascista una oratoria mesiánica cuasi religiosa. La paradoja es que todos «los actos de violencia son provocados desde la extrema derecha». Trump ejecuta una política terrorista contra sus adversarios:

  • 1- Junio: El asesinato de la presidente demócrata de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido.
  • 2-Abril: El incendio provocado en la residencia del gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro.
  • 3-El juez del distrito de Rhode Island, Jack McConnell, declaró en agosto que su tribunal había recibido más de 400 mensajes de voz amenazantes, incluidas varias de muerte. McConnell había bloqueado con una sentencia la congelación de ayudas federales por parte de Trump a principios de este año.

En apenas diez meses de su segundo mandato, Trump ha ampliado sus poderes ejecutivos emitiendo más de 300 órdenes ejecutivas (similares al decreto ley en España), proclamaciones y memorandos. La mayoría de estos «decretos» fueron frenados por los recursos legales interpuestos ante juzgados Estatales o Federales. Ahora, para terminar de construir su dictadura fascista, el psicópata naranja intenta amenazar, reprimir o asesinar a jueces.


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