“Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jámas para él».
Los que se autoperciben peronistas se hacen los distraídos con la parte del «jamás para él», aunque se rasgan las vestiduras, según cree el concejal Héctor Ravelo, hijo de una familia peronista con cuya tradición se ve cada vez más alejado.
Consultado por este medio, a medio siglo del fallecimiento del ex presidente Juan Perón, el edil de Juntos por el Cambio se expresó en duros términos respecto de lo que queda del peronismo:
Han incumplido el legado que dejó Perón, quien mostró cómo se hacía. Así empezó a desvirtuarse el partido. Hace tiempo que no hay conductores, hay jefes. Y no hay militantes, hay súbditos o empleados. Antes, el peronismo era militancia barrial, sin necesidad de tener una función pública; estaba motivado por querer ayudar al pueblo. La otra razón es la entrega del peronismo al kirchnerismo. Ahí terminaron de destruir al partido. Lo peor de los que tienen el peronómetro es constatar la lejanía que tienen con el vecino. Los dirigentes viven en barrios cerrados, con custodia; ellos están más cerca del capitalismo y el pueblo, más hambreado. No es ése el legado que dejó Perón. Los barrios que antes se llamaban de trabajadores, ahora se llaman populares; eso no es del peronismo. Hace rato que el peronismo no está detrás del sello, está disuelto. Los peronistas se fueron a diferentes fuerzas políticas, como es mi caso, que estoy en el PRO; porque el peronismo debería predicarse, militarse, con la acción, no sólo de palabra. Por eso les va como les va.
