A 50 AÑOS DE LA TOMA DEL SAN MARTIN

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“En este lugar pasé tres de los años más lindos de mi vida. Cuando mis compañeros tomaron el Hospital y me pusieron como director, fue un hito, nunca había pasado. También contamos con el consenso de los Sindicatos de Salud Pública y de Profesionales de la Salud”.

JJ Mussi

Estas fueron palabras del intendente durante el acto de este martes con que el Ministerio de Salud le celebró medio siglo (se cumplirá el 18 de junio) desde que la toma del hospital platense lo colocó como el director más joven de la provincia.

La actual directora habló como si no conociese la verdad:

“Todos los 24 de marzo conmemoramos el Día de la Memoria e invitamos a los directores que estuvieron en democracia. Me emocionó un montón lo que contó hoy el Dr. Mussi. Tuvo que irse en aquella época nefasta de nuestra historia, durante la dictadura, pero tuvo el valor de enfrentarse a los militares y no querer ser cómplice”.

Graciela Ramos Romero

Para ella y todas las personas que desconocen la historia (Mussi me contó que la dictadura lo indemnizó por aquel despido), la investigación publicada en el libro «… Y después la gente va y lo vota».

EN 1973, CON LOS REVOLUCIONARIOS

A modo de currículum, en su libro de versos, Juan J. Mussi resumió:

Fue médico concurrente y Asistente de la Sala III del Policlínico San Martín. Director del Hospital San Martín de La Plata desde 1973 a 1976; dejado cesante por el Proceso militar.

Me confirmó esos datos durante una entrevista en la Casa Rosada el 15 de octubre de 2002, cuando esgrimió que su elección se debió al consenso entre trabajadores y profesionales. Me pareció que abusaba tanto de la carencia de memoria como de la falta de testimonios.

A propósito, el concejal Jorge Sívori, quien por entonces tenía 20 años y tres cursados en la Facultad de Medicina, coincidió:

–En el ‘73, su tranza para quedarse con el puesto venía haciéndola desde tiempo atrás. La toma partió del Sindicato de Salud Pública, peronista, aunque la Asociación de Profesionales apoyó su designación para un cogobierno. Creo que no hay testigos de la toma. A la única mujer que quedaba la puso, cuando fue ministro, en una oficina frente a la de Hugo Fernández, de modo que se aseguró lealtad y silencio.

En los antípodas de Sívori, también Juan Carlos Sena evaluó:

–Estuve con Mussi en la Ortodoxia hasta que, cerca del ‘73, lo vi montarse en la ola revolucionaria que lo depositó como director del San Martín tras la toma por parte de la JP.

De aquella etapa, el ministro Guillermo Gallo Mendoza me explicó:

–Los procesos revolucionarios no siempre cuentan con técnicos para todas las áreas. Tuvimos que poner a algunos recién llegados; incluso hasta el nivel de subsecretarios. Mussi fue uno de esos oportunistas.

Compañeros de Gallo en el Movimiento Peronista Auténtico (MPA), luego de invitarme a disertar en Quilmes Oeste hacia 2006, agregaron:

–¿Mussi, montonero? Jeje. A esos, cuando se les pasó el c… (susto) de que los confundieran con nosotros, salieron de debajo de la mesa para correr a chupar las medias de toda la derecha.

El me lo planteó de otro modo. Habló de lealtad; de muchachos bien intencionados pero equivocados y de fidelidad a Perón tras el enfrentamiento discursivo de la plaza imberbe del 1º de mayo del ‘74. Vale rever el currículum que imprimió en el libro Hudson, su vida y su gente:

Becado por ser el director de hospital más joven (tenía 32 años cuando asumió) para viajar a España, Italia y Suiza, fue asesor ad honorem del Ministerio (a partir de 1974).

Agrego yo: cuando negoció con Carlos Bocalandro, ministro de Bienestar Social.

La toma

Ni sus protagonistas recuerdan que fue un lunes 18 de junio, después de las 10, en que el edificio fue ocupado a efectos de “dejarlo a disposición de las nuevas autoridades”.

Empleados y médicos se reunieron en el aula Bianchi donde, en reemplazo de Héctor Carri, fue puesto Mussi como director interino por la asamblea:

–Deberá cogobernar con la comisión gremial interna y el cuerpo de delegados –explicó el delegado Pedro Zárate ante el satisfecho secretario general del Sindicato de Trabajadores de Salud Pública de la provincia, León Fiorenza, que tenía afiliada a la mayoría.

Al día siguiente se votaría al nuevo cuerpo de delegados de entre dos listas: la Celeste, de Zárate, y la Violeta, de Carlos Pellegrini. Ganó Zárate, el camillero que retuvo el manejo gremial hasta el Golpe.

–Yo le di a Mussi la idea del SAMO y de cobrarle a las obras sociales –me contó en una larguísima entrevista en Mar del Plata, poco antes de cumplir sus 80 años.

A entender los motivos y el marco de las tomas que se dieron en las tres semanas posteriores a la asunción del Presidente Héctor Cámpora, me ayudaron Carlos Kunkel (en entrevistas en su casa hacia 2003); el historiador Gonzalo Chaves (con media familia asesinada por la AAA mientras Mussi viajaba por Europa); Babi Molina (concejal en La Plata en esos años) y Manuel Gallardo (histórico peronista de la Resistencia).

En aquel 1973, todo era festejo para Mussi y la JP. Faltaban dos días para el regreso definitivo de Juan Perón y para la masacre de Ezeiza, que le deparó mucho trajín al flamante director del hospital, según me relató. Los archivos lo avalan; fue felicitado por Ricardo Murúa, presidente del HCD de Berazategui:

Por su destacada actuación en los sucesos acaecidos en Ezeiza

Aviso en el diario El Día, donde se publicó la noticia de la toma.

Ese rol inicial durante el ‘73, en el centro-izquierda del peronismo, pegó un brinco hacia 1974, cuando pasó al centro-derecha y, todavía, habrá de recibir un nuevo viraje en 1975 cuando –según un histórico peronista local, José Berasategui– gritaba “Isabel Conducción”.

Para entonces, actuaba como colaboracionista de la represión contra los compañeros que lo habían ayudado a asumir en el Hospital, donde pasó a tener detenidas parturientas encadenadas a las camillas, como lo relataron en varios juicios: