AMENDOLAGGINE DISCUTE LA ALCAIDIA

Julián Amendolaggine, referente de Juntos por el Cambio, en esta entrevista con Alberto Moya, dice que no está en contra de crear alcaidías, sino que lo cuestionable es el lugar y el proceso de toma la decisiones.

¿Ustedes están en contra de las alcaidías?

–No. Las condiciones del sistema penitenciario son tan malas que ameritan hacer inversiones en alcaidías, en cárceles, en mejorar la condición de los presos, en encontrar formas genuinas de readaptación. Cualquiera que pisó una cárcel de la provincia sabe que es muy difícil que un tipo ahí, con toda la vocación que le ponga, pueda modificar su vida o tener otra oportunidad.

¿Por qué no lo hicieron ustedes en sus cuatro años?

–¡Había proyectos para construir alcaidías tradicionales! Ahora Mussi dirá que está terminando un proyecto de Vidal; no es cierto, no íbamos a poner una alcaidía en ese lugar. Había una iniciativa de María Eugenia de construir en pos de mejorar las condiciones penitenciarias pero la falta de recursos nos impidió avanzar. En nuestro diagnóstico, hacían falta ocho años de inversión, más allá del término de nuestro mandato…

¿Qué hacen en los distritos gobernados por tu partido?

–Hay municipios que aceptaron poner una alcaidía (Lanús; Tres de Febrero). En los barrios, la gente dice “acá no”; entonces hay que ver dónde. En Berazategui hay montón de predios rurales o semi rurales donde la cantidad de vecinos sería muy inferior a la de Plátanos. Podría hacerse en Pereyra, al lado de la [escuela policial] Vucetich, donde está el predio abandonado de la Marina [SIFIM] o cerca de El Pato, zona rural. Lo cuestionable es dónde y cómo tomen la decisión.

¿Qué rol cumplen los legisladores provinciales de JxC?

–La Legislatura discute las expropiaciones en casos de terrenos privados. En el caso de terrenos públicos, como el de Berazategui, que le cede a la Provincia, no pasa por la Legislatura. En las expropiaciones, los legisladores de todos los bloques votaron a favor (…) de mejorar las condiciones penitenciarias. No se critica al gobierno provincial por hacerlo, es una iniciativa válida. Nos parece que no es un lugar adecuado el de Berazategui.

¿Hablaste con gente de tu sector en Provincia?

–Soy parte de un espacio, las decisiones que soy libre de tomar, trato de avisarlas y coordinar e informarme. Hablé con los legisladores de JxC y la posición es parecida: hacer alcaidías está bien, hacen falta. La discusión es dónde. En Lanús, la aprobaron en el lugar menos conflictivo posible. El vicepresidente de la Cámara, (Adrian) Urelli, mano derecha de (Néstor) Grindetti, planteó: aprobamos la construcción de la alcaidía porque hace falta infraestructura; no podemos patear la pelota afuera y decir que la hagan en otro distrito. Es razonable que cada uno disponga de un lugar, solidarizarse entre habitantes de la provincia. La posición de Juntos por el Cambio es acompañar a la alcaidía, pero el lugar donde quiere instalarse es el inconveniente.

¿El intendente no quiere la alcaidía hacia el río porque es una zona que reserva para los barrios cerrados y emprendimientos inmobiliarios de ricos?

–Eso es una especulación muy verosímil. Entendemos inapropiado el uso que da a la costa; no lo hace para que lo disfruten los vecinos. Ahora, que Mussi no quiera ponerla del otro lado de la autopista, donde hay un montón de terrenos donde se pueden hacer muchas cosas siempre que sean neutrales o positivas en términos ambientales que no nos perjudique como ya hay, no implica que la ubicación sea ese par de alternativas: podría ser en Pereyra o El Pato. En ese predio hay un jardín de infantes y una sociedad de fomento. ¿Cómo vas a poner al lado de un jardín una mini cárcel? Es una locura; no es una medida razonable, complica mucho la dinámica de ese barrio.

Hay detenidos en la Comisaría de Hudson que limita con una escuela; y en la del Centro, frente al Club Deportivo…

–… Eso no invalida la incomodidad de los vecinos; esto empeora su situación: Aumenta mucho la concentración de personas privadas de la libertad; incrementa el tránsito de camiones de traslado; aumenta la posibilidad de que haya visitas a pesar de que haya gente que tiene ese régimen restringido… habrá una dinámica de familiares y personas allegadas a los detenidos que van a deambular por un barrio que tenía otra dinámica y aumenta muchísimo el riesgo de que ante una huelga de presos, se dé en un barrio.

¿Y de los presos en comisarías…?

–… No, eso no está bien. La comisaria no está diseñada para que haya detenidos permanentes. Traen a una persona por unas horas pero después se queda por tiempo indeterminado. El sistema no debería permitir eso y debería haber condiciones para que (el poder judicial) actúe de otra manera. La forma de solucionarlo no es comprándonos otro problema, poniéndole a Plátanos una bomba de tiempo en el patio de atrás.

¿Cuál es tu lectura del proceder del intendente?

–No sé porqué Mussi hace esto a un par de meses de las elecciones; él que siempre se caracterizó por ser un tiempista. Debe estar condicionado por el gobierno provincial, de lo contrario, no veo que fuera momento. Nosotros tratamos de acompañar a los vecinos, indignados.

¿A qué atribuís la diferente actitud del Colegio de Abogados respecto a la alcaidía en Quilmes?

–Muchas instituciones salieron a expedirse a favor, condicionadas por presión del municipio; instituciones intermedias, clubes, sociedades de fomento, plantean que sólo hablaron con las autoridades, pero no hubo una discusión hacia dentro de las entidades. Hubo un telefonazo para decir ‘necesito que salgan a bancarme porque la sociedad se enteró y quiero mostrar apoyo’. La rapidísima reacción favorable tuvo que ver con la presión o una ‘sugerencia’ del intendente. En Quilmes entiendo que la intendente tiene menos inserción en las instituciones, no como Mussi que hace más de 33 años que está. Esa es una de las principales diferencias de porqué tan rápido salió, por ejemplo, el Colegio de Abogados.

¿Creés en la reinserción?

–De hecho, a pocas cuadras de donde quieren poner esta alcaidía, hay muchos chicos que tuvieron conflictos con la ley; salieron de prisión y se readaptaron. A algunos los conocí. Hay gente que logra salir y reencausarse.

¿Los conociste caminando el barrio? ¿Qué casos hay?

–En el Tres de Junio, atrás del Polo, hay una iglesia evangélica que ayuda y trabaja con chicos que estuvieron presos, aunque sea por algunos días. Montón de gente delinquió. ¿Qué hacemos? El que no tiene la pretensión de rehabilitarse, ok. ¿Y el que quiere rehacer su vida? Hay que ayudarlo. Cada vez, hay más problemas de inseguridad. La mejora del sistema penitenciario es lo que hace falta; ayudarles a que vivan mejor adentro para que cuando salgan, sean mejores que cuando entraron. No sólo pensando en su dignidad y en darles una segunda oportunidad, si no también, en las personas que queremos salir a laburar seguros.

En varias notas que diste, noté un compromiso discursivo en línea con los derechos humanos. ¿Es una apreciación tuya, de tu generación, o de tu sector político local?

–Juntos por el Cambio es un espacio heterogéneo, donde hay dirigentes de diferentes extracciones y distintas ideas. Compartimos un núcleo de valores que incluye la democracia. No creo que encuentres a alguien que plantee la interrupción democrática o que niegue que la dictadura fue lo peor que nos pudo haber pasado en términos de desarrollo institucional y de la violación del derecho. También está la cuestión generacional de los que nacimos en democracia [Julian A. nació en 1987]. Mis viejos me contaban que en el barrio donde crecí, ‘chupaban’ gente; sé de situaciones muy tristes que mi madre vivió, atravesada por la dictadura; siempre tuvo miedo a la política por la violencia política. La única manera de que la política mejore es con más participación de todos los que creemos que se puede ir mejor. Mi generación ya no tiene miedo a participar para que las cosas cambien y creo que aprendió del miedo de sus padres y cuida la democracia…

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