Tres veces campeón de judo, se dedicó a la ADB, a la TV y a la política.
Por Claudio Pastorini
Escuchando a Charly García a la salida de Proyect, la hermosa melodía que rezaba más o menos sonaba así…:
«Anteojos negros de carey, auriculares en la sien, no me escucha, no me ve. Y yo puedo observar tranquilo, La playa como un ajedrez, el tipo del Mercedes Benz…».
Justo entonces parpadeaban las fuertes luces del impecable modelo 250 SE que conducía ni más ni menos que el Corto José Luis Tirao.
Nació el 13 de julio de 1964, en la sala de Ranelagh que tenía como director al reconocido Dr Di Iorio. Hijo de María Isabel Meneguetti y de Obdulio Tirao. Descendiente del seno de una familia tradicional berazateguense, ya que el primer radicado en el distrito fue Mariano Tirao en 1837 dueño de la posta en el Camino Real (hoy, Avenida Vergara).
Cursó la primaria en el colegio José Manuel Estrada. Fue alumno del reconocido el Politécnico donde supo egresar como técnico mecánico y recuerda haber hecho gran cantidad de los más sinceros amigos que recuerda y conserva hasta hoy en un espacio privilegiado de su corazón.
«El Berazategui que yo conocí en mi infancia y adolescencia era el que todos nos conocíamos por la escuela, el barrio o por apellido de acá. Un Berazategui casi pueblo»
Su historia transcurre desde los 8 hasta los 27 años en «su segunda casa» que fue el Club Ducilo donde practicó judo y obtuvo en tres oportunidades el Campeonato Provincial y más de cien podios en torneos desde infantiles hasta la categoría mayores. En esta reconocida arte marcial, donde se considera esencial la firme presencia de sus padres que bien lo estimulaban en la práctica del deporte. Inquieto por los deportes participó en el Club Alemán (de Quilmes) en Equitación y Salto; obtuvo varias cucardas, que conserva.
Trabajó como técnico en la metalúrgica de su «viejo» donde fabricaban autopartes.
En 1983, al inicio de la democracia, se afilió al Justicialismo en La Casa del Peronista y luego, Arturo Ramón ganó la Intendencia 1983/1987.
En 1984, integró como prosecretario la Subcomisión del Autódromo de Berazategui donde realizaron carreras de Motocross en la ADB.
Ahí conoció a grandes amigos como Baldi Caminero, Jorge Amor, Carlos Cabanas, Vicente Bovelli, etc.
Pionero y visionario por las telecomunicaciones desde esta ciudad, el 9 de julio de 1991, junto con Aldo Campillo, fundaron Berazategui Televisora Color (BTC) el Canal 5, lo que marcó un antes y un después en la ciudad: «ya teníamos Canal propio». No había Cable todavía y era de gran importancia ese nuevo servicio para la comunidad. Tirao se dedicaba a su dirección comercial.
En 1992, fue parte del equipo electo de autoridades del Centro Comercial e Industrial de Berazategui, desde donde ejerció como secretario: «construimos el salón de usos múltiples», recuerda.
En 1995, fue nombrado en el Consejo Nacional Justicialista como Juan Carlos Duckardt como representantes de la provincia.
En 2006, cambió su vida y para siempre, nació su hijo Xavier.
En 2009, junto con su gran amigo Ricardo Rosica, participó hasta 2011 del departamento Interior y Exterior de Boca Junior.
En 2012, integró el armado del Frente Renovador junto con Ricardo Giacobbe, Héctor Chichola Moreyra, Argentino Geneiro, Norberto Beto Filippi, Ada Ibarra… quienes en 2013 dieron la gran sorpresa electoral
En 2014, con la conducción de Riky Giacobbe, la agrupación se alió a Cambiemos y en 2015 ganaron las elección nacional y provincial. Es entonces que, a partir de 2016, fue nombrado en el Ministerio de Trabajo de la Nación como Coordinador de Empleo para CABA.
A partir del 2017, integró el Consejo de Administración de la Fundación ADB.
Hacia 2021, como parte del armado de La Casa de Cambiemos, se integró a la lista de Julián Amendolaggine como pre candidato a diputado provincial.
Para cerrar este humilde reconocimiento, y por su pedido, vaya el agradecimiento a parte de quienes hicieron tanto para que el logre ser quien llegó a ser: Arturo Ramón, Riki y Mario Giacobbe, Mario Mineo, Juan Duckardt, Chango Blanco, Baldi Caminero, Chichola Moreyra y, por supuesto, siempre, sus viejos.
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Gracias Alberto