LA BARRENDERA QUE SALIO POR TELEFE

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(CIB) Natalia Ahumada se quedó sola al cuidado de cuatro criaturas desde que su marido abusó de la mayor de las hijas. Además de barrer las calles con su chaleco municipal, tiene otros dos empleos. Entre ellos, se hizo un tiempo, a pedido de este medio, para escribir su historia, algo de lo cual se mostró en un envío del canal TELEFE:

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La carta

Viví en Berazategui desde que nací, hace 32 años. Soy mamá de cuatro hijos. Me encuentro sola con ellos debido a que en 2021 me separé después de enterarme que mi marido de entonces había abusado de una de mis ellas. Desde aquel día, tuve que hacerme cargo sola de todo: hijos, casa, deudas, la comida de todos los días. Fue difícil pero me enfoqué en salir adelante y progresar. En ese momento, sólo contaba con el plan Potenciar que fue de gran ayuda, pero poco para todo lo que debía llevar adelante.

Por eso busqué un segundo empleo y empecé a hacer seguridad «patovica» en boliches. Fue difícil al principio, pero me adapté, acomodando horarios, pude sobrellevar ambos, aunque seguía siendo insuficiente.

Estuve por buscar un tercer trabajo. Conseguí de camarera en una parrilla; con eso, más o menos, puedo sobrellevar mis días.

Me cuesta llegar a fin de mes, ya que mis sueldos son bajos pero puedo sobrellevar todo sola aunque me cuesta y me lleva mucho tiempo, que es el que pierdo con mis hijos.

Si me ofrecieran un cuarto trabajo, lo aceptaría aunque la idea es tener un trabajo en blanco donde pueda contar con un sueldo fijo y una obra social para mis hijos es lo que más quiero; además de poder organizar mi vida que sea normal y tener el tiempo para estar con mis hijos.

Casi no tengo tiempo, los fines de semana no existo; no suelo dormir; descanso en los viajes de colectivo o tren cuando salgo de un trabajo a otro. Llegué a estar 38 horas despierta un fin de semana; llegar a casa un lunes sin dormir y seguir despierta para cumplir con las tareas diarias de cocinar, darles de comer a mis hijos, llevarlos al colegio y, después de dejarlos, llegar a para poder descansar unas horas antes de volver a buscarlos. Son sacrificios que debo hacer ya que me encuentro sola y todo sale de mí.

La única que me ayuda es mi hija más grande, que tiene 15 años, la que sufrió el abuso. A pesar de todo, es la que lleva mi casa adelante cuando no estoy. Por eso me gustaría conseguir otro trabajo para hacerme cargo de mis hijos como una mamá normal. Disfruto a mis hijos, poco los veo en alguna madrugada o si llego a faltar por alguna causa; pero es la realidad que me toca vivir. Vivo mis días así, trabajando para que no les falte la comida a mis hijos.