CONDENAS POR MECHI CANTERO

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¡Españon y Planera, culpables y condenados! La familia de Mechi Cantero lo logró y vamos más. Gracias a todos los que nos acompañaron hasta acá, porque son parte de este logro. Graciasss.

La Familia

Con esta cita, la familia de Brian Mechi Cantero resumió su sentir frente a los tribunales de Quilmes luego de la condena este martes a los responsables por la muerte del joven berazateguense que muriera en 2018 en la papelera SEIN, en el límite entre Sourigues y Varela.

Los mencionados eran el jefe de planta y su responsable de Seguridad e Higiene:

  • Esteban Planera fue condenado a 3 años y 6 meses de prisión e inhabilitación por 7 años y 6 meses para ejercer funciones como responsable de planta.
  • Juan Carlos Españón recibió 3 años de prisión e inhabilitación especial por 6 años para desempeñarse como ingeniero.

El caso

La primera nota en un medio nacional que mencionó a Cantero fue escrita por iun periodista de este CIB:

Aquel drama de hace cuatro años

Previo al veredicto que se había demorado, su hermana escribió este texto:

Por Tamara Cantero

Hace cuatro años atrás una mañana me levanté y me desayuné con lo peor que podía escuchar, eso que no imaginé jamás, se hizo realidad. Puede que no recuerde lo que pasó hace tres días, pero todavía recuerdo cada minuto de aquel miércoles. Entre gritos de mamá, me vestí como pude y salí al comedor, me temblaban las piernas y mi vista iba desapareciendo cada vez más, sólo estaba dura, ni siquiera abracé a mamá, sólo atine a salir. Recuerdo que un desconocido estaba en el patio y me hablaba, pero no podía verlo, trataba de abrir mis ojos pero mi vista estaba cada vez más nublada.

«Lo lamento mucho», se escuchaba, no hubo reacción de mi parte, sólo quería saber qué pasó con mi hermano. Mientras mis hermanos abrabazan a mi mamá, yo intenté contactarme con alguien, pero no sabía con quién…

«Me dijeron que Brian tuvo un accidente y murió», escribí no se cómo y no recuerdo a quién.

-Andá, Tamara, y decime que no es verdad, hija, por favor -gritaba llorando mi mamá.

En ese momento, dejé de ser la hermanita chiquita.

Llegué, no me dejaron pasar, me recibió el guardia detrás de una ventanilla:

-Lo lamento mucho -me dijo.

¿Qué lamentan? ¿Qué pasó con Brian? Nadie me dice qué pasó con mi hermano, al que la noche anterior vi de lejos cocinando en el patio y ni siquiera llegué a saludar. ¿Dónde está? Si todos los días vuelve con su dunita y lo encuentro tomando mates con mamá, listo para verme llegar y tirarme alguna. ¿Por qué me dicen esto así como si nada, por qué?

Salí e intenté calmar a mi hermano mayor. Después de horas frente a la fábrica, salió uno de sus dueños, pero usó las mismas palabras que las demás: «lo lamento mucho». Me reí en su cara. Desapareció.

No recuerdo más. Yo seguía ahí, no sabía qué, pero algo en mi corazón daba vueltas, en mi cabeza no podía entrar la posibilidad de que te digan que una persona murió trabajando y no te den más explicaciones. ¿Cómo? ¿Por qué? Estaba en shock pero lo sabía; necesitaba que me dijeran qué pasó, pero no lo hicieron. Brian no estaba más y nosotros necesitábamos saber qué pasó.

Así empezó todo. Nuestra primera marcha fue a la semana, no podría explicar lo que se sintió caminar esas cuadras hasta la fábrica. Ahí estábamos de un día para el otro, lo que quedaba de mi familia se encontraba detrás de una bandera con el nombre de mi hermano pidiendo justicia. Fue ahí cuando supe que nos destruyeron, terminaron con cualquier esperanza que podía haber tenido con 19 años. Ya no había esperanza ni fe, sólo seguimos marchando, marchábamos porque Brian tenía tantas ganas de vivir, que siempre sentimos que se merecía todo lo que pudimos hacer por su nombre todo estos años. Arrebatarnos de manera injusta a una persona tan buena, y que nos quedemos sentados no era una opción.

Hoy estamos acá. Sólo dios sabe el infierno que cada uno de nosotros vivió estos años, pero me duele mucho más que mi hermano no esté en esta vida horrible que tanto le gustaba, y le gustaba porque él era feliz, feliz con muy poquito, Era capaz de amar como ninguno de nosotros, porque tenía fe y esperanzas de algún día poder hacer feliz a su familia. Pero la vida no es como quisiéramos, ¿no? Se la arrebataron.

Hay consecuencias, siempre las hay. Ya sea dios, el karma o una familia dispuesta a llegar hasta las últimas, cueste lo que cueste. A mi hermano no me lo devolvieron más y me destrozaron la vida para siempre, pero el día que me vaya, sé que acompañé a mamá hasta donde me dio el corazón para saber la verdad, esa verdad que tanto evitan. Por eso, sigo acá, duela lo que duela.

Te amo para siempre, Brian.

4 Respuestas a “CONDENAS POR MECHI CANTERO”

  1. A si es hijita, creo que todos quedamos atrapados en esa máquina que le quitó hasta la última gota de su bendita sangre. Pero gracias a dios, siento que el esta con nosotros. Y luchó a la par nuestra, por esa justicia que me pidió. ANTES de irse con DIOS. Y realmente espero que esto pare de alguna manera. Y que los responsables de todas estos horrores tengan más conciencia y dejen de reírse por las consecuencias de sus asesinatos laborables. Digamos Basta x favor.

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