(Agencia La Barriada) Un municipal de Varela se vio involucrado en un grave hecho: es el Secretario de Articulación Institucional, Hugo Pereyra, debido a la detención de su chofer personal, Maximiliano Abel Sánchez, de 35 años, por ser miembro de una banda que realizó una entradera hace cinco meses.
El 11 de julio a la 1.50, una vecina dormía cuando fue sorprendida por dos individuos armados que bajo amenazas «le exigían un importante suma de dólares»; lograron llevarse apenas mil dólares y 70 euros.
¿Cómo lograron ingresar? ¿Quiénes eran?
El chofer Sánchez es el cuñado de la víctima y entregó la llave a los que ingresaron a la vivienda.
El juzgado de Garantías 6 de Varela a cargo del doctor Diego Agüero ordenó allanamientos y se logró detener al resto de la banda: Agustín Javier Castaño, Javito, de 22 años, y Cristian Alejandro Miño, de 37.
Seguro, el polémico Hugo Pereyra que debe ser el de peor imagen pública de todo el gobierno municipal esgrimió como argumento que desconocía las conductas de su chofer… pero ¿se puede desconocer las actitudes del chofer personal, con quien se pasa demasiado tiempo juntos? ¿Puede una persona no tener ningún tipo de indicio ante las actividades delictivas de un personaje tan cercano?
El juez Agüero negó la excarcelación del chofer, que seguirá detenido.
Hace décadas que numerosos funcionarios terminan involucrados en hechos delictivos, lo cual demuestra lo poco que les importan valores como la honestidad, la ética y el compromiso con la comunidad.
El aparato comunicacional oficialista explicará que es un municipal al cual expulsarán de su empleo y dejarán en claro que una vez más el hermano Hugo es víctima de «permanente ingenuidad»; no faltará el acto público donde igual que Laura Vivas o Franco Risso, el Hermano Hugo reciba apoyo político.
Los concejales libertarios y del PRO que actúan de supuestos opositores nada dirán, no sea cosa que el pacto de impunidad para todos y todas se dañe.
Que una persona de estrecha confianza de Hugo Pereyra caiga preso no sorprende; un viejo militante de la 30 de Marzo sostiene «la sacamos barata, podía ser peor».
Mientras la población mira asombrada los escándalos, los personajes como Hugo Pereyra, Laura Vivas y Franco Risso siguen de funcionarios. Julio Pereyra, antes de las elecciones, recibe en la Sede del Partido Justicialista a la condenada Mirta Rojas.
Nada sucede de casualidad en Varela; estos hechos muestran cómo los pactos de impunidad se renuevan y mantienen para garantizar el privilegio de quienes están enquistados en el poder.