Por Darío Perillo
Con mucho dolor, toca despedir a una entrañable compañera docente, luchadora y comprometida con la educación de niños y niñas de un pueblo del que se sentía parte.
Madre de cuatro hijos, trabajadora incansable en la educación y de firme compromiso con la defensa de la escuela pública y los derechos de los docentes. Buena compañera, cariñosa, querida por todos y todas, por su afabilidad, buen carácter, actitud solidaria.
Desde 1982, participó en la recuperación de la Asociación de Educadores de Berazategui junto al personal docente de la Escuela 5 y el personal de la Escuela 20. Ya en el ’84 fue la primera Secretaria General electa, además de fundadora y secretaria Adjunta del SUTEBA local.
Fue activa militante del Movimientos de Jubilados y Pensionados de la Corriente Clasista y Combativa.
Tu vida ha dejado huellas en Berazategui, en la infinidad de alumnos que pasaron por tus manos, en la cantidad de compañeras y compañeros docentes que encontraron en vos un asesoramiento, un acompañamiento, un consejo gremial, una contención en momentos difíciles.
En nuestras familias has compartido hermosos momentos de alegría y de lucha. Fue un orgullo verlos juntos acompañándonos en toda la Marcha Blanca. El Suteba de Berazategui te agradece todo lo que has trabajado con desinterés en favor de la educación y los docentes del distrito. Has dejado huellas imborrables en cada uno, por tu calidad humana, por el ejemplo que siempre nos diste sobre cómo sobrellevar las dificultades.
Hilda: siempre vas a estar entre nosotros. Tienes un lugar especial en nuestros corazones. Nos comprometemos a seguir tu huella, sin bajar los brazos, enfrentando cada injusticia, ayudando a todo aquél que lo necesite, y defendiendo esa escuela pública que colaboraste en hacerla cada día mejor.