En la actualidad, donde los usos de las tecnologías digitales se han expandido en todo el mundo, niños, niñas y adolescentes nacen y se desarrollan en la era digital, de esta manera irrumpen experiencias socio culturales que nos traen nuevas formas de relacionarnos, de pensarnos y transitar la realidad.
Esta era viene a configurar un nuevo contrato social donde la sociedad naturalizó rápido la vida tecnológica en todos sus ámbitos (familiar, laboral, educacional) y los Estados deben empezar a generar medidas y normas para acompañar este cambio de época. Todo sucede a mucha velocidad y de llegada masiva a la población, y si bien traen ventajas en la vida cotidiana de la humanidad, también perjuicios y nuevos crímenes asociados. El riesgo es exponencial, tal es así que, hace poco en Australia debió prohibirse el uso de tecnologías digitales a menores de 16.
En Argentina, el Grooming se consolidó como un delito de la época. Este crimen representa una aberración, es el abuso sexual infantil de la era digital, se constituye como delito desde el año 2013 (Ley 26.904 y articulo 131 del Código Penal de la Nación). Es un delito contra la integridad sexual de niñas, niños y adolescentes que se desarrolla en el ámbito virtual.
Es importante comprender que este tipo de crímenes se basan en las desigualdades generacionales donde la edad de las víctimas representa el factor de vulnerabilidad por excelencia, y donde lo que prima es la asimetría de poder.
Lo virtual no es menos real. Solo que es más invisible.
El ámbito virtual es muy subestimado o eso nos hicieron creer. Se subestima por creerlo fuera de los parámetros reales. Es necesario desmitificar que lo virtual es menos real, y comprender que nos afecta en lo emocional tanto como lo que sucede en la presencialidad.
¿Qué es el Grooming?
El Grooming es la acción deliberada de un adulto por el abuso sexual contra un niño, niña o adolescente mediante las tecnologías digitales. Es importante destacar que siempre es un adulto quien ejerce el grooming. Consiste en un conjunto de estrategias utilizadas por un adulto para ganarse la confianza de un/una menor a través de medios digitales, con el objetivo de violentarlo/a en lo sexual desde el ámbito virtual. En este proceso, hay manipulación emocional, el abusador busca vulnerar las barreras protectoras del niño o adolescente, es decir, romper con sus barreras inhibitorias llevándolo a compartir material íntimo.
¿Cuál es el perfil del abusador?
El criminal que comete grooming es un pedófilo y también un pederasta. Hay una diferencia entre ambos: la pedofilia es la atracción sexual de niñas, niños prepúberes o adolescentes, mientras que el pederasta, además de ser pedófilo, es quien pasa a la acción y agrede a las víctimas.
Todo pederasta es pedófilo, pero no todo pedófilo es pederasta. Estás personas tienen rasgos perversos. Son sujetos que no tienen empatía para con la víctima, son manipuladores.
Pero sobretodo el abusador es un violento, que se basa en la desigualdad y asimetría de poder para atacar.
¿Cómo funciona el Grooming?
Búsqueda de contacto: Su estrategia es buscar la cercanía con los/las niños/as. Por lo general, se crean varios perfiles falsos para contactar con los niños y ganarse su confianza. Muchas veces aparentan ser alguien que no son, estudian las características de la juventud y la niñez, para proponerles cosas atractivas de su edad, y porque se hacen pasar por alguien de la edad de la víctima.
Generación de confianza: En los/las niños/as se contactan fingiendo ser alguien de su edad. En los adolescentes también, o haciéndose pasar por alguien más grande que los atraiga con alguna idea que le resulte conveniente.
Les prometen cosas, les dicen que si no están bien en la casa pueden pensar en irse, que pueden triunfar y que pueden ganar mucho dinero en poco tiempo. Los/las llenan de ideas y falsas expectativas, alejándolos/as cada vez más de las personas de su entorno, el fin es aislarlos de su círculo de amistades, del colegio y de la familia, para transformarse en el único referente para los menores.
Ciberabuso: Rompen las barreras inhibitorias de las niñas/os o adolescentes. Este proceso suele incluir la solicitud de una foto o video de índole sexual por parte del adulto, a menudo utilizando un perfil falso. Luego de la foto o video, comienza un período de chantaje en el que se amenaza a la víctima con hacer público ese material si no entrega nuevos videos o fotos o si no accede a un encuentro personal.
El Grooming es un delito en sí y también la puerta de entrada a otros
El grooming y la producción de contenido de abuso sexual infantil (ASI) son fenómenos de estrecha vinculación que representan graves violaciones a los derechos de niñas, niños y adolescentes. Cuando se traspasa la virtualidad y el pederasta concreta el encuentro presencial o difunde y/o comercializa las imágenes sexualizadas de las víctimas estamos ante nuevos delitos como el abuso y violación sexual, la trata y explotación sexual infantil.
En muchos casos, el material obtenido mediante grooming se utiliza para producir contenido de abuso sexual infantil que luego es distribuido y comercializado, ya sea a través de fotografías, videos o incluso transmisiones en vivo. Este contenido suele ser distribuido en redes clandestinas como la “Dark web” o “Dip web”. Además, los agresores pueden usar estas imágenes para chantajear o extorsionar a sus víctimas de forma prolongando el ciclo de abuso, violencia y sometimiento.
Detección temprana
Cuando notamos que los/las chicos/as cambian su modo de relacionarse con el medio que los/las rodea de manera negativa, o tienen cambios de conducta repentinos que genera malestar, ya podemos estar ente el desarrollo de un caso de abuso sexual.
Algunos indicadores de que podrían estar siendo víctimas de este delito lo muestras síntomas o padecimientos tales como la ansiedad, nerviosismo, alteraciones en el sueño o trastornos alimentarios, muchas veces sienten culpa y vergüenza porque los abusadores les hacen sentir una responsabilidad que no tienen. Según sea la vida psíquica del niño/a o adolescente y el caso, el arrasamiento subjetivo y emocional puede ser inmenso, al punto de haber conductas regresivas como falta de control de esfínteres, depresión o ideas y conductas autodestructivas que puedan llevar hasta el suicidio.
La urgencia de proteger a las infancias
Estas situaciones son problemáticas sociales que están extendidas en todo el mundo, y en nuestro país nadie está exento/a de sufrir de estos crímenes producto del uso y la extensión de las tecnologías digitales. Es fundamental prevenir, detectar y sancionar estos delitos para proteger a los/las más chicos/as y garantizar sus derechos.
El uso de las tecnologías digitales es cada vez más potente y extendido en espacio y tiempo, los/las más jóvenes la consumen, socializan por esa vía, y están expuestos/as a permanentes bombardeos de un modo de vida ficticio. De esta manera, es donde aparecen adultos, pedófilos pederastas que se aprovechan de su condición de vulnerabilidad psicoevolutiva.
A los cuatro, cinco años los niños ya acceden a plataformas virtuales, incluso lúdicas, como lo juegos en red, Roblox y YouTube, y mucho antes ya saben desbloquear una pantalla. En este contexto, es importante retrasar lo más posible en ingreso de los niños a las tecnologías digitales. Importa que en los preadolescentes y jóvenes pueda brindarse información sobre los riesgos y diálogo y contención sin que se sientan juzgarlos o avasallados en su intimidad. En esta etapa, el control con comunicación y diálogo es muy importante.
Es importante un Estado protector y garante de derechos. Más educación de estas problemáticas en las escuelas, más conciencia social y atención de los/las adultos/as de la familia y menos subestimación.
Lic. Daniela Gasparini Psicóloga (UBA) MN 50.200
Especialista en Trata de Personas, Genero y Derecho. Conferencista y divulgadora sobre problemáticas actuales. Instagram