El viernes 7 de abril falleció la Dra. Leda Giannuzzi, una compañera y amiga; la que nos abrió el impenetrable mundo de la ciencia, que puso en relación directa el conocimiento con la práctica. Eso fue hace muchos años, cuando buscábamos apoyo en la «ciencia» para demostrarle a la «Justicia» que las subestaciones eléctricas en el medio de los barrios aumentaban de manera exponencial las posibilidades de contraer algún cáncer.
La casualidad quiso que te encontráramos a vos, con todo tu conocimiento y disposición a pelear en el territorio, junto al vecino que debía defenderse contra un enemigo invisible.
De allí en más, buscamos juntos respuestas a otros problemas. La contaminación y salinización del agua, la desastrosa situación que genera la contaminación del Río de la Plata, el foco infeccioso que son los arroyos que surcan nuestra región por responsabilidad de las empresas que nadie controla.
Siempre fue igual, argumentos para demostrar quiénes padecían las consecuencias y quiénes eran los responsables. Todo tu conocimiento, que te llevaron a ser doctora en Ciencias Químicas, Magister en Ciencia y Tecnología de Alimentos, Experta Universitario en Toxicología, Investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas UNLP o Investigadora del Conicet, fueron puestos al servicio de tu pueblo. Nunca dudaste. Siempre estuviste.
Tus estudios demostraron el nivel de contaminación del agua en El Pato. Caminaste con nosotros por los bosques y humedales ribereños. Peleaste con firmeza en defensa de nuestros bienes comunes. Distes conferencias magistrales y participaste en pequeñas charlas vecinales, siempre con las mismas ganas y disposición. De la misma manera, fundaste la primera Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria.
Por eso Leda, quien sembró de conocimientos y ejemplos el camino de la lucha en la defensa de los derechos, nunca se va.
Vivirás en nuestro recuerdo y corazones. Seguiremos apelando a tus conocimientos para dar respuesta a nuestras nuevas dudas. Amiga, vamos a extrañarte.