
Por José Luis Casariego
Quería compartir la tristeza que me causa ver estas acciones.
No es un secreto que en el mundo existen inifinitas formas de violencia contra la integridad del ser humano, pero éstas son quizás las que dejan al descubierto la maldad que anida en el corazón de los líderes políticos.
La guerra genera odios, resentimientos, vencedores y vencidos. Así fue el final de la Primera Guerra que, tal como lo había dicho, John Maynard Keynes, las sanciones a Alemania era imposibles de saldar. Así nació la Segunda Guerra. Lo siguió el Muro y la Guerra Fría. Nada mejora la inseguridad y la muerte.
Es muy fácil desatar una guerra pero es uno de los desafíos más grandes trabajar por la paz. «Hazme instrumento de paz»; pedía san Agustín a Dios porque sabía que sólo puede lograrse cuando se va en su nombre.
Lo más sencillo de observar es quién fue el que cambió la historia sin derramar sangre ajena dando su vida por los otros. Es una evidencia fuera de toda prueba científica para ateos y agnósticos; aún para los que creen que Jesús y sus apóstoles y su madre eran políticos.
Ojalá imitaran esa política.
Espacio cedido

EXCELENTE ¡¡¡¡ Que falta hacen Plumas, como la de éste Señor .-
UNA RESEÑA GENIAL.-
Excelente José comparto totalmente tu sentir. Y es tal cual lo expresas. Claro y conciso como siempre.