A cinco años de su muerte, el 25 de junio de 2009.
En mi país, cada vez que hablan sobre a quienes aplicarían la pena de muerte, los burgueses bien pensantes ponen de ejemplo a los violadores o abusadores de niños. Pues bien, acá tienen un caso paradigmático.
Se ve que las ansias de venganza social no alcanzan a los ricos, con lo cual, no hablamos de degenerados o decentes; hablamos de ricos y pobres.
Del mismo modo que en los ‘60 se discriminaba a los negros para condenarlos a la pobreza y para usarlos como mano de obra que permitiera enriquecer a los blancos.
Del abuso infantil zafó con dinero, el mismo que las multinacionales del disco y la industria del entretenimiento le permitieron consolidar con sus fuertes campañas de publicidad.
¿Alguien recuerda cuáles son esas compañías?
¿Se imaginan tiñéndose de blancos a Muhammad Alí o a Martin Luther King?
Por algo invitaron a sus hijos al sepelio de Jackson.
Allá ellos, los cómplices, los Tío Tom.