Carolina Albarracín / La Cultura y su Gente
Como veníamos informando, la basura es cosa de nunca acabar. La plaza de Villa España no sólo es víctima del arrojo de los desechos de los paquetes de golosinas, galletitas y otras cosas. A esto, súmese que algunos arrojan la basura que sale de su casa, como se observa en la fotografía.
Qué se puede hacer ante tal acción cuando es gente del barrio la que se encarga de afear las calles que conducen a la plaza, creando un foco de infección para propios y ajenos. Pues no sería nada raro que en breve comiencen a verse roedores por estos lados. Ya se sabe en qué desencadenaría. A esto, súmele que los perros son aficionados a romper bolsas y desparramar. Entonces, ¿a quién vamos a culpar de la situación, si usted, amigo, vecino, no cuida su plaza? O porque no tiene hijos que asisten a ella, o porque no le interesa su mantenimiento; pues aquí asisten tanto niños como adultos y debe procurarse que la situación no pase a mayores. Sabido es que los roedores traen el hantavirus y, con los problemas que padece la salud pública municipal y provincial, es mejor no enfermarse.
Cuidemos los espacios públicos.