UNA ESCULTURA PARA EL DESAPARECIDO VALLESE

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Felipe Vallese fue un obrero metalúrgico que el 23 de agosto de 1962 se convirtió en el primer desaparecido del peronismo durante el exilio de su líder.

El lugar del homenaje

En el Centro de Formación Profesional 410 que funciona en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), se inauguró una escultura de chapa calada, realizada por el equipo de arte público de Berazategui. Para su inauguración, fueron invitados representantes de la UNAJ, del Municipio de Varela, gremios y el secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Francisco “Barba” Gutiérrez, quien vivía en Berazategui (pocos metros al sur de la Av. 14, cerca de donde ahora está el Parque Textil) cuando comenzó a trabajar como metalúrgico en SAIAR, en 2 de enero de 1972.

Patricia Gariglio, directora del CFP 410, historió: “Este lugar funciona desde 1996 como un acuerdo entre la Universidad de Quilmes y el gremio de la metalúrgica (UOM), para dar respuesta a las necesidades de formación que en aquel momento eran muchas, al igual que ahora. A partir de 2011 funcionamos con edificio propio, por donde transitan alrededor de 1500 egresados y egresadas por año, en diferentes oficios. Es una alegría poder estar descubriendo hoy este monumento a Felipe Vallese, que le da nombre a nuestro Centro, y que es el primer trabajador metalúrgico desaparecido”.

Barba Gutiérrez, del mismo gremio que el desaparecido, dijo: “Para tener industria e inversión, y tener competitividad, hay que tener productos de alta calidad. Esos productos se hacen con la tecnología, pero con la capacitación profesional de la mano de obra y la educación técnica para que la industria sea competitiva. Los Centros de Formación Profesional están para prepararnos para lo que viene. No sólo vamos a defendernos con la unidad, la movilización y la lucha, sino también con la inteligencia, la capacitación, la formación y la generación de productos de buena calidad. Debemos fortalecer la democracia con participación. Nuestra lucha no fue en vano y nuestra sangre derramada está presente en este espíritu. Debemos crecer, desarrollarnos y restablecer el proyecto nacional para el futuro de todos los jóvenes que hoy necesitan un país con un futuro distinto al que generó el gobierno que se fue”.

El lampiño ‘Barba’ Gutiérrez, junto a la escultura.

Para quienes no saben de él

Vallese era delegado de fábrica en el barrio de Flores y militaba en la Juventud Peronista (JP) durante el exilio de Juan Perón. A sus 22 años fue secuestrado por la Policía y torturado en la Comisaría 1ª de San Martín; en el destacamento de Villa Lynch y en la casa de un policía hasta que terminaron con su vida; su cuerpo nunca apareció.

La primera y mejor investigación salió de la pluma de Pedro Leopoldo Barraza publicada en el pasquín peronista “18 de Marzo”. Por él se conoció la responsabilidad del inspector JuanTano Fiorillo.

Del libro Ezeiza (Verbitsky, 1985)

En 1962, José María Aponte aguardaba a un compañero en un taller mecánico de Gascón al 200, copado por la Policía de la Provincia, que invadió sin aviso la jurisdicción de la Federal. Se llevaron a Aponte y montaron una ratonera con dos sargentos, en espera de quien llegara. Rene Bertelli llamó por teléfono antes de ir, se dio cuenta que el sargento que lo atendió no era Aponte, entró por los fondos de la casa, tomó por sorpresa a los dos policías y los mandó al otro mundo.

–¿A quién esperabas, hijo de puta?, le preguntaban en la Brigada de San Martín al detenido Aponte, con una curiosidad que la muerte de los dos sargentos tornó imperiosa. Al preso se le ocurrió que podía matar dos pájaros de un tiro: impedir que siguieran castigándolo y vengarse del hombre que se había ido con su mujer (Norma Kennedy). Terminó por confesar que esperaba a Alberto Rearte. La policía lo buscó, pero no lo encontró. Aponte los ayudó a ubicarlo:

–Su íntimo amigo se llama Felipe Vallese, les sugirió.

Asido a un árbol de la calle Canalejas en Caballito, Vallese resistió el intento de secuestro hasta que los culatazos en la cabeza le hicieron abrir la mano. Nunca reapareció.

3 Respuestas a “UNA ESCULTURA PARA EL DESAPARECIDO VALLESE”

  1. Por fin, una buena. Es una gran medida que recuerden a este joven, el primer desaparecido, al menos para mi generación y los que son un poco mayores que yo.

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