15 AÑOS SIN CACHO TIRAO

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Por Rodolfo CabralComisión de Estudios Históricos Berazategui

Un día como hoy, hace 15 años, el 30 de mayo de 2007 falleció en la ciudad de Buenos Aires, un grande la de la música: Oscar Emilio Tirao, nacido el 5 de abril de 1941, en Berazategui.

Por otro lado, su familia paterna tiene antigua prosapia berazateguense. Fue guitarrista y compositor de música folclórica argentina.

Los inicios

Aprendió a tocar la guitarra a los cuatro años de edad y muy joven fue recompensado por un premio en su primera presentación radial.

Integró el célebre Quinteto de Astor Piazzolla de 1968 a 1971. Gracias su talento trabajó con Osvaldo Tarantino, Dino Saluzzi y Rodolfo Mederos; acompañó a nada menos que a Joséphine Baker, conocida como la Venus de Ébano.

Cacho se destacó como solista muy virtuoso, componiendo e interpretando varios estilos musicales: tango, milonga, zamba, chacarera y muchos otros.

Entre sus composiciones debemos destacar «La Milonga de Don Taco» que compuso en memoria de su padre Emilio Taco Tirao; La milonga del niño deseado, dedicada a su nieto y la excelente bossa nova titulada Sonveri, grabada para el sello discográfico CBS en el álbum Selección Especial de Cacho Tirao. En 1978 una de sus obras vendió más de un millón de discos.

Grabó su primer L.P. (disco de larga duración) en 1971 Mi guitarra, tú y yo; y el último en 2006, Renacer. En total fueron 36 LP.

Según los críticos, su obra más importante fue Conciertango Buenos Aires, estrenado en Bélgica en 1985.

Desmayo y recuperación

Cacho Tirao sufrió en la Casa de la Cultura de Adrogué, en Almirante Brown, una indisposición que terminó en una hemiplejia. Abandonó la actividad musical por seis años, volvió a sus presentaciones y a fines del 2006 registró su última placa discográfica, Renacer.

Desde hace unos años la calle 151, entre la calle 14 y la 21 se llama Cacho Tirao.

Recuerdo de un amigo

Reproducimos palabras de Juan Falú, recordando a su amigo…

“Yo sueño todos los días que estoy tocando la guitarra”, me había dicho Cacho en el 2004, cuando su cuerpo enfermo de tanto soportar embates de la vida parecía decirle que los dedos no podrían acompañar más ese sueño guitarrero.
Poco antes habíamos compartido un par de conciertos en Chile y allí descubrí dos aspectos fundamentales de un Cacho Tirao que admiraba pero no conocía.
El primero surgía de la simple mirada a su figura cuando tocaba.
Su gesto del abrazo al instrumento era sencillamente amoroso. Pensé en cuánta vida había transcurrido para fundamentar ese abrazo y repetirlo siempre con el mismo ritual que consagra ese momento sublime de la entrega, de la música que le viene de la madre tierra, del padre maestro.
El segundo fue más profundo. Conocí al hombre sufriente, bueno, sencillo y luchador. La guitarra suele depararnos esa gracia de conocernos por dentro.
La guitarra es la alegría del encuentro. El dolor de la ausencia. La morada eterna del que la pulsó.
La guitarra es Cacho Tirao, señores, y hoy, callada y dolida, simplemente prepara desde su silencio la próxima remontada para sonar altiva.
La guitarra es Cacho Tirao, por siempre.

J.F., Buenos Aires, mayo de 2007

Los Tirao en Berazategui

Los Tirao tienen, además de Cacho, en su genealogía a Gabina Tirao, la primera maestra de Berazategui, que comenzó su carrera docente en 1912 en la escuela 5, ex N° 2 de Quilmes.

Además estaba emparentados con las familias: Castelli, Martínez, Mosqueira, Orrequia, Nicora, etc.

En 1913 y 1920 su ascendiente Vicente Tirao, reclamó propiedades entre las calles Sevilla y Av. Italia, según un plano de mensura.

Comisión de Estudios Históricos de Berazategui

Miembro de:

FEEHPBA Federación de Entidades de Estudios Históricos de la Pcia. de Bs. As.

Instituto de Estudios Genealógicos y Heráldicos de la Pcia. de Bs. As.

Aprodemus (Asociación de Profesional de Museología)

chberazategui@gmail.com

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Una respuesta a “15 AÑOS SIN CACHO TIRAO”

  1. Tuve el privilegio de estudiar dos años en la academia que había establecido su padre Taco en Berazategui. Cacho sólo firmaba los certificados, porque ya había sido absorbido por la fama y ya no tenía tiempo de estar presente en los exámenes. Sólo hablé una vez con él: había puesto una nota y un t.e. ofreciendo clases de guitarra en la Antigua Casa Núñez, y yo enseguida me contacté (obviamente). Atendió él en persona mi llamado, pero se disculpó, diciéndome que ése fue un proyecto de un amigo, ya disuelto. Nos pusimos a charlar y «nos fuimos por la ramas»; ramas de la guitarra, por supuesto: hermoso recuerdo!
    Hugo Lencinas, 6/22

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