
Cuatro policías bonaerenses irán a juicio acusados de asociación ilícita por organizar la venta de drogas en la jurisdicción de la Comisaría 6a (Ingeniero Allan) y teniendo como lugar de intercambio el campo “La Vasca”.
El fiscal Daniel Ichazo estableció que hasta el 15 de septiembre del 2021 en Berazategui y Varela, los policías Braian Batalla, Mauricio Ochonga, Sergio García, Carlos Rincón y Omar Cassiano organizaron la venta de drogas conformando una asociación ilícita. Realizaban cobros de dinero para permitir la venta de drogas, allanamientos ilegales para obtener dinero, que García y Ochonga llevaban adelante, y el delito conocido como tráfico de influencia (por el rol que ocupan dentro del Estado pueden influenciar en una práctica ilegal como la venta de drogas). Todos eran comandados por Omar El Tarta Casiano como líder de la banda.
Varios elementos de prueba justifican la elevación a juicio: el 24 de febrero del 2020, cuando personal policial recorría La Vasca fueron agredidos a tiros desde el interior del campo. Las balas impactaron en el patrullero y los uniformados vieron alrededor de diez personas adentro.
Batalla, uno de los policías detenidos, menciona que Casiano tendría gente vendiendo drogas de modo articulado con su Servicio de Calle, según un denunciante anónimo.
Muchos testimonios fueron clave en la investigación porque demuestran el accionar de la banda de policías. Uno de ellos, es el del comisario Marcelli, quien sostiene que se entrevistó con Orlando Dos Santos quien cumple arresto domiciliario frente a La Vasca. Dos Santos le manifestó que por las noches un auto Siena blanco trae un grupo con el fin de vender drogas y serían del barrio Cinco Esquinas, de Varela.
Otro testimonio es el del oficial Kloster, quien relató que Batalla le comentó: “Tengo un amigo ex policía que maneja la falopa en Varela, que es muy amigo del jefe de calle de la Sexta de Varela (Ingeniero Allan) y precisa meter gente de él en el campo y zafar algunos gastos”. Kloster sostiene que a los pocos días, Batalla se comunicó de nuevo con el fin de arreglar el ingreso de narcos a La Vasca; las personas que iban a coordinar la venta, según Batalla, eran dos ex policías que responden al Tarta Casiano (segundo jefe de la Distrital Berazategui). Y la gente del Tarta manejarían la zona de Bosques, la tosquera de Hudson y el puente amarillo en San Rudecindo.
El oficial inspector Matías Giménez dio otro testimonio clave, ya que se refirió a la imposibilidad de investigar. Cuando se reunió con el subcomisario Rojas, con el jefe distrital de Varela, Martín Zucotti, y el comisario Casiano, para exponerles la gravedad de los hechos, estos jefes se mostraron sorprendidos… Y sólo le dieron 48 horas para investigar. Si bien el tiempo fue insuficiente, Giménez pudo determinar que una mujer llamada Micaela Germiniani, junto a unos soldaditos paraguayos, realizaban la venta.
A los días, Giménez se enteró de que Casiano había pedido que lo trasladasen a un lugar lejano como castigo, para evitar que pueda hacer la tarea de comprador previo (comprar droga de manera encubierta, dentro de la investigación para probar el delito).
Según la investigación, algunos autos estacionados en la Comisaría 6a de Allan, se veían en las noches por La Vasca. Una noche, el oficial Giménez interceptó a una camioneta con personal policial el 3 de febrero.
Quedó demostrado en las escuchas telefónicas el actuar de los policías y cómo se distribuían roles, como recibir sobornos por permitir la venta de drogas.
El policía Carlos Rincón, desde su calabozo de la unidad 1 de Olmos, continúo organizando la venta de drogas y los allanamientos ilegales (denominados cortitos) con el fin de recaudar dinero ilegal a cambio de la libertad.
La información judicial deja al desnudo un modo de operar de sectores policiales cobrando para liberar zonas a la venta de drogas o realizando allanamientos ilegales. Estas prácticas dejan en claro el autofinanciamiento y cómo se fortalece el autogobierno de sectores de la fuerza.
La Causa no fue a juicio porque los defensores de Casiano, Ochonga y García se opusieron a su elevación, si bien está para ser resuelta. La banda sigue detenida, excepto Rincón, quien murió en la cárcel.
No pidamos más policías ni más poder a la fuerza. Terminamos beneficiando a los delincuentes.
La mayoría.