Por Julieta Aurilio, Zonal de Clarín
El río forma una bahía, que hace que se junten residuos. También influye un paredón que construyeron. Lo que más hay: botellas, bolsas, juguetes, zapatos, sorbetes y tanzas.
Los desafíos medioambientalistas de limpieza son un signo de los tiempos y llegaron a Berazategui. El fin de semana pasado, vecinos de Hudson estuvieron más de tres horas trabajando en la costa y llenando de basura unas 25 bolsas de consorcio.
Fue el segundo encuentro y piensan repetirlos en forma periódica, con el apoyo del Foro Regional en Defensa del Río de la Plata, la Salud y el Medio Ambiente (una agrupación que nuclea organizaciones ambientalistas y vecinales) y la colaboración del programa de EcoPuntos (recolección diferenciada de residuos) del Municipio.
Las convocatorias son a través de redes sociales y con afiches que pegan en comercios de la zona y las estaciones del Ferrocarril Roca.
Pero en paralelo con la solución -o, más bien, el paliativo que representa la tarea de los vecinos- está el problema: la basura que llega y se acumula en la ribera de esa zona del Río de la Plata.
“El río Paraná la trae con las crecidas y termina acá. Los guardavidas también limpian, pero vuelve a juntarse. Falta mucha educación”, señala Laura Krayeski, fundadora de Preservando Hudson, una de las organizaciones que participa de los operativos de limpieza.
Esa es una de las fuentes de desperdicios. Otras, señalan, tienen que ver con los desagües que desembocan en el río y los desechos que tira la gente en la costa. Pero no son las únicas.
“En Hudson, hay un paredón y un camino costero que retienen la basura que hay en río. Además, llegan desechos provenientes de los arroyos Baldovino y Conchitas, donde desaguan plantas industriales. La costa de Hudson se encuentra en el medio de ambas desembocaduras y también de los basurales a cielo abierto que se van formando a orillas de esos arroyos”, afirma Ernesto Salgado, coordinador del Foro.
Como Hudson es una especie de bahía donde el río se “mete” en el territorio, la acumulación allí es mayor.
“El paredón retiene -agrega Salgado- e impide el contacto del río con el bosque, con lo cual también contribuye a la desaparición del bosque. La organización de la gente para limpiar, de alguna manera también es una forma de expresar descontento”.
Los residuos que hay en la zona costera, según destacan desde Preservando Hudson, son botellas de plástico y vidrio, bolsas de plástico, tanza para pescar, juguetes, zapatos y sorbetes.
“Cuando limpiamos, lo ideal es usar botas (aunque la mayoría va en zapatillas), guantes los de lavar los platos y tridentes para correr juncos ya que ahí se junta más basura”, señala Krayeski. Y remarca que en algunos puntos inundables la situación incluso se vuelve riesgosa: “En sectores de difícil acceso hay peligro de encontrarse con yararás. Nos cuidamos entre nosotros”.
En el primero de los “challenges” de limpieza, los vecinos se manejaron con sus propios medios. Para el segundo, consiguieron que desde el programa BeraRecicla colaboraran proporcionándoles cestos y bolsas de consorcio.
“Después de que me acerqué al EcoPunto de la estación Berazategui, nos dieron cuatro canastos hechos con botellas, además de las bolsas, aunque no nos alcanzaron porque la basura era mucha”, recuerda Krayeski. Y agrega: “Necesitaríamos más ayuda, equipos para lugares dificultosos. Nosotros hacemos lo posible”.
