Hace 45 años, más de 25 compañeros fueron fusilados en Margarita Belén, Chaco, entre ellos mi papá, el Flaco Sala. Cuando se estaban por llevarlo para matarlo, dijo:
Compañeros, se que nos sacan para matarnos. Es mentira que es un traslado. Y si lo es, es un traslado a la muerte, pero quiero que sepan que moriré de pie peleando como pueda a los mordiscones si estoy atado. Todos los que hoy nos sacan de la cárcel, los que están aquí adentro y los que esperan afuera, son culpables ante la Historia, culpables de la miseria del pueblo y culpables de nuestras muertes. Sólo quiero pedirles que cuenten de estas matanzas a mis hijos, cuando ellos tengan edad de entender qué pasó en la Argentina de estos años, y a mi compañera, cuando puedan verla. También les digo, compañeros, que de nada vale este sacrificio nuestro si ustedes no siguen peleando por mantener viva la memoria popular; por eso, cuéntenle a nuestro pueblo por qué nos asesinan y por qué decidimos morir de pie. Chau, compañeros, cuídense… ¡Libres o muertos, jamás esclavos!