El único resultado tangible que trajo Argentina de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP 26), la que volvió a ser un verdadero fracaso ya que no se avanzó en los recortes inmediatos y drásticos a las emisiones de carbono, y demostrando que fue más una reunión de negocios que una cumbre climática, es un supuesto acuerdo con la empresa australiana Fortescue, para la generación del llamado Hidrogeno Verde, denominado así porque la energía que se utiliza para producirlo proviene de fuentes renovables, en nuestro caso la eólica.
Hablamos de supuesto porque no se conocen detalles de este “acuerdo” más que una posible inversión de 8.400 millones de dólares, la generación de una dudosa cantidad de puestos de trabajo y la instalación en Sierras Grande en Río Negro.
Es decir que continuamos con el método de no transparentar nada cuando se habla de estas grandes inversiones.
No se conoce nada del proyecto. Aunque ya se adelantó que la energía a producir es para exportar, es decir millones de dólares a cambio de unas monedas por los derechos de exportación (para muestra está la minería a cielo abierto).
También se conoce que la generación del hidrogeno verde requiere de una enorme cantidad de agua potable. Aquí ya van apareciendo los problemas. Si el agua a utilizar es de las napas dejaría a un vasto territorio de la provincia sin agua y si es del mar (como algunos dicen) tendría que previamente ser desalinizada y por consecuencia enterrar la sal, arruinado el territorio.
Además, las dimensiones de la producción de la que se habla requiere de un vasto territorio para instalar los aerogeneradores (algo así como dos veces la superficie de la Capital Federal).
Si unimos: la necesidad de agua, el espacio para enterrar el salitre y para la instalación de los electrogeneradores estamos hablando de un proyecto que presupone aplicar la teoría de territorios vacíos.
Es decir que hasta ahora los argentinos pondríamos nuestro territorio y nuestros bienes naturales y nos quedaríamos con el pasivo ambiental.
Por supuesto que tampoco se saben las consecuencias de vivir en las cercanías de esta planta o como sería la producción del amoníaco necesario para el transporte del Hidrogeno verde. Que no es un detalle menor
De la empresa se sabe que es una minera (el llamado Hidrogeno verde se utiliza en las maquinarias pesadas de la minería), se conoció que tienen intereses en la provincia de San Juan donde extraen cobre. En su país se dedican a la producción de hierro y que llevan producido 2,3 millones de gases de efecto invernadero. Australia en la COP 29 se negó a firmar un acuerdo para reducir el uso de carbón.
Con un “lindo nombre” que a priori nos quiere referenciar con el cuidado del medio ambiente, todo indica que estamos ante una nueva explotación de los bienes naturales y que nada tiene de solución climática.