Aquel 17 de marzo de 1992 fui a la zona a ayudar. Era de noche, yo militaba en derechos humanos desde Amnesty International. Creí que participar de un organismo que se ocupaba de lo que pasa en el mundo, me obligaba desde lo moral a actuar. Pronto me dí cuenta de que no era muy útil y que quizás era más lo que molestaba que lo que ayudaba. Opté por otras formas de contribuir.
Tiempo después, ya no recuerdo con exactitud cuándo, mis vínculos con un organismo con sede en Londres me permitieron enterarme de otro atentado en una sede de la capital británica. Justo debía salir al aire en la radio de Alberto Sabini y di la noticia antes de que saliera en la TV.
Desde entonces me quedó claro que era más útil como periodista y que desde el manejo de la información y la investigación podía aportar más. Lo comprobé con varias situaciones futuras, incluso con el atentado a la AMIA.
No es lo único que podemos aportar desde la prensa. Lo más importante que todos los profesionales de la comunicación podemos hacer es mantener viva la memoria. Por eso escribo estas líneas, porque a falta de justicia, lo menos que podemos hacer es levantar nuestras voces para pedir, como siempre, Memoria, Verdad y Justicia.
Desde Berazategui he visto pocos recordatorios. El único que hallé hasta ahora es el del líder del Movimiento Evita.
A 30 años de uno de los atentados más grandes que vivió nuestro país, y que dio inicio a décadas de silencio e impunidad, seguimos exigiendo juicio y castigo a les responsables para que nunca más, en ningún lugar del mundo, el odio y la intolerancia vuelvan a repetir la historia. Acompaño a les sobrevivientes y a las familias de las víctimas en este nuevo aniversario de un hecho que golpeó también a nuestras instituciones, así como a nuestros valores de igualdad y respeto por todes. Sin memoria no hay justicia. #HuellasdelTerrorismo #EmbajadadeIsrael #30años #amorporbera
Matías Aguirre
Quienes tengan algo que aportar, tienen este espacio a disposición.